La mano invisible que vacía el tanque

Dos semanas después del anuncio de otro aumento en las naftas, las estaciones de servicio aplicaron el cuarto aumento en el año, superando en promedio por más de diez puntos a la inflación. Es la consecuencia de la desregulación del mercado de los combustibles decidida por el gobierno el 1 de octubre.

 lunes, 4-diciembre-2017

Los surtidores se convirtieron en armas que disparan contra el bolsillo de los argentinos.


Desde que Aranguren decidió dar de baja el convenio que le permitía al Estado controlar el precio de los combustibles, el que es uno de los insumos claves para la producción que luego se traslada al precio final, volvió a subir por segunda vez en 90 días, esta vez un 6% y un 10%.

Con este último aumento, el cuarto en lo que va del año, el acumulado de los combustibles es en promedio (depende de cada petrolera y región del país) entre un 34%, mucho más que la inflación con la que terminará el 2017, que oscilará entre el 23 y el 24%.

En los surtidores de las estaciones de servicio de Córdoba el precio de la nafta súper pasó de $23,91 a $25,34 y la Premium se comercializa de $26,64 a $28,24.

El anterior incremento había sido de hasta un 12%, aplicado en la madrugada del 23 de octubre, horas después de los comicios legislativos en los que el oficialismo se alzó con el triunfo en la mayoría de los distritos del país. Los otros aumentos habían sido aplicados en enero un 8% y en julio entre un 7 y 8%.

La promesa de Aranguren cuando decidió dar de baja el convenio entre el Estado y las petroleras, era que el reacomodamiento automático del valor de las naftas llevaría el precio a la baja. Sin embargo, en último mes se elevaron las variables de los precios internacionales del crudo y ello impactó en los surtidores, convirtiendo a la Argentina en el segundo país con los combustibles más caros de América Latina, solo superada por Uruguay.