La obsesión por el mundo

Macri abrió la cumbre del G-20 y dijo que el gobierno toma la visita de los presidentes “como un gesto de apoyo y reconocimiento” hacia el gobierno argentino. La figura de Christine Lagarde y la de Donald Trump resaltaron por sobre el resto.

 viernes, 30-noviembre-2018

Donald Trump fue tratado como el invitado central de la fiesta de Macri. Pero los mercados no creen en fotos.


El G-20 tuvo su punto de partida. Un Macri exultante busca presentar esta cumbre como la prueba inequívoca de que los líderes de las potencias mundiales aprueban su gestión. No fue la cara con la que llegó, por caso, el invitado más esperado –Donald Trump-, quien se mostró junto a Macri antes de la reunión bilateral con cara de circunstancia e incluso se ofuscó visiblemente porque consideró que la traducción que le llegaba por el auricular no era buena, y arrojo el aparato al piso.

Tras el encuentro con Trump, se hizo la denominada ‘foto de familia’ que dejó algunas particularidades. El saludo más efusivo del presidente argentino fue para la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. De hecho, Macri la saludó con un beso y un abrazo (no hizo lo mismo con Theresa May, por ejemplo, que fue la otra mujer que formó parte de la foto). Incluso el tono del locutor sonó distinto, menos ceremonial y más entusiasmado. En la foto, Lagarde se ubicó en el centro, justo arriba de Mauricio Macri, y resaltó por ser la única vestida de blanco, excepto por el príncipe de Arabia Saudita.

El otro detalle fue que todos los presidentes fueron presentados primero, luego desfilaron los funcionarios de organismos internacionales y por último, como un excepción, el locutor presentó a Donald Trump con el mismo tono distinto al que lo hizo con el resto.



Después, Macri abrió la cumbre y la consideró como “un hecho inédito en nuestro país”, destacando que “nunca convergieron tantos líderes al mismo tiempo”. Dicho eso, buscó sacar rédito político: “Lo tomamos como un gesto de apoyo y reconocimiento al desempeño que está teniendo la Argentina en el escenario global. Sobre todo, después de tantos años de aislamiento”.

El presidente argentino dijo que los temas centrales a trabajar en la cumbre serán “el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo, futuro alimentario sostenible, estabilidad financiera, sustentabilidad climática y el comercio internacional”. Otra vez la cuestión laboral en el centro de la escena, como fue cuando recibió al presidente francés, Emmanuel Macron, al destacar la reforma laboral llevada por el galo. Se anticipa como un tema que el gobierno querrá instalar nuevamente.

Por último, el cierre del discurso de Macri dejó una perlita. El presidente pidió dar “un mensaje claro al mundo” y exhortó a tener “un fuerte compromiso con la igualdad de género”. Atrás suyo, su comitiva estaba compuesta por siete varones y cero mujeres. La imagen contradecía lo que la palabra intentaba afirmar. Atrás de Macri no había ninguna mujer: estaba el jefe de gabinete, Marcos Peña; el canciller Jorge Faurie; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda; y Fernando De Andreis, secretario general de la presidencia; y otros 3 funcionarios. Al final, la única mujer que resaltó, fue Christine Lagarde.

Bullrich, no letal

La ministra de Seguridad aclaró que el protocolo de uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad, que permite que disparen en “situaciones de peligro inminente”, “no tiene nada que ver con el G-20”. Puntualizó que en la marcha contra la cumbre “no va a haber armas letales sino específicas”.