La producción automotriz va barranca abajo

Los fabricantes de automotores informaron que en junio la producción cayó 39,3 % en relación a igual mes del año anterior y 21 % respecto a mayo. Bajaron las exportaciones y el consumo interno. El acumulado del primer semestre es un tercio menor al de 2018.

 miércoles, 3-julio-2019

Macri dijo que la industria se destruyó en la gestión anterior, pero los números muestran el industricidio de su modelo.


“Entre el 2011 y el 2015 fueron los años de mayor destrucción de la industria en nuestro país”. Eso dijo Mauricio Macri ayer cuando inauguró una obra junto a María Eugenia Vidal. Su frase se da de patadas con cada dato que emerge de los distintos sectores industriales y muestra –siendo generosos en el concepto- una grave separación de la realidad. La producción de las 12 firmas agrupadas en la Asociación de Fábricas de Automotres (Adefa) cayó un 39,3 % interanual en junio.

La producción de las líneas de montaje automotrices nacionales fue de 23.916 unidades, un 21 % menos que en el mes de mayo. El total del primer semestre muestra un panorama alarmante para el sector: se produjeron 161.182 unidades, que significa un 33,6 % menos que las 242.655 de igual período de 2018, con una marcada caída de la demanda interna.

Las dos vías que traccionan la demanda de automotores mostraron fuertes caídas. Por un lado, las exportaciones fueron un 24 % menos que en junio de 2018 (20,3 % menos que en mayo de este año). Por otro, el mercado interno demandó un 34,1 % menos de unidades que el mismo mes del año pasado (un 30,6 % menos que en mayo de este año).

Los fabricantes esperan un repunte para el segundo semestre, un pronóstico que se cimenta, principalmente, en la base de comparación bajísima que dejó el segundo semestre de 2018. Además, tienen esperanza de que la medida anunciada por el gobierno semanas atrás de precios subsidiados para la compra de vehículos nuevos (la continuidad del plan Junio 0 Km) y que el gobierno mantenga más estables las principales variables económicas dado el contexto electoral (gracias al chorro financiero del FMI) sumado al cierre de los acuerdos salariales.