Una vez más, el continente africano es condenado al olvido en medio de la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos.
Mientras países como Israel tenían la mitad de su población vacunada en mayo de este año, apenas el 7% de los africanos están inmunizados con esquema completo a la fecha.
La región quedó presa del egoísmo de las grandes potencias que recibieron 15 veces más dosis contra la covid-19 per cápita que los países del África Subshariana y que ahora desesperan ante la detección de la nueva variante en sus territorios.
Un nuevo apartheid
La frase que dice “los últimos serán los primeros” no aplica para la dolorosa historia de África.
Territorio saqueado por las grandes potencias; “independizado” recién durante la segunda mitad del siglo XX; y víctima central de epidemias como el ébola, el sarampión y el VIH, vuelve a quedar preso de un apartheid mundial.
Ante la irrupción del coronavirus, los pronósticos que auguraban un planeta más solidario y bondadoso quedaron disueltos con el transcurrir de los meses.
Las potencias económicas continuaron actuando de manera egoísta como siempre.
Acapararon dosis salvajemente y dejaron sin vacunas a las regiones más vulnerables del mundo.
De acuerdo a un informe de Airfinity, los países miembros del G20 recibieron 15 veces más dosis de vacunas contra la covid per cápita que los países del África Subsahariana.
Así, mientras países como Israel ya tenían a la mitad de su población vacunada en mayo de este año, apenas el 0,21% de les africanes estaban inmunizados de manera completa.
A siete meses de esos datos, la situación no cambió demasiado.
Hoy África tiene un 7,2% de vacunades con dos dosis y un 3,7% con un solo pinchazo.
El abandono y el olvido de la región vuelve como un boomerang contra aquellos que buscaron salvarse solos en medio de la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos.
Si bien solo pasaron cinco días desde que Sudáfrica detectó la nueva variante Ómicron, la cepa ya está presente en Reino Unido, Portugal, Países Bajos, Italia, Israel, China, Alemania, Canadá y Australia, entre otros lugares.
Por estas horas, Brasil aguarda la confirmación de dos casos preliminares.
De esa manera, la totalidad de los continentes estaría pagando la desigual distribución de vacunas y la eterna segregación de África en el mapa mundial.
Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?
En la pelea global por el acceso a las dosis contra la covid-19, las potencias mundiales y los grandes laboratorios desoyeron lo que los especialistas repitieron hasta el cansancio.
“No vamos a ganar esta guerra, tampoco el mundo desarrollado, si no vacunamos rápido a todo el mundo”
John Nkengasong, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África
Frente a la falta de equidad, el mecanismo Cóvax – impulsado por la OMS – no funcionó.
Casualmente, hoy el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador criticó duramente la estrategia al recordar que solo distribuyó el 5% de todas las vacunas aplicadas, mientras que el resto pertenecen a los gigantes farmacéuticos.
Ante la preocupación y el pánico de los países más desarrollados, la respuesta inmediata fue el cierre de fronteras y las restricciones a los viajeros provenientes de África.
Nuevamente el aislamiento por haber sido previamente discriminada en el reparto de dosis.
“Si la covid-19 hubiera aparecido primero en África, no quedan dudas de que el mundo nos habría encerrado y hubiera tirado la llave muy lejos”
Ayoade Olatunbosun-Alakija, vocera de la Alianza Africana para la Entrega de Vacunas
A pesar de una pésima distribución que será difícil de compensar, países como China y Argentina ya anunciaron el envío de 600 millones y 750 mil dosis respectivamente al continente conscientemente olvidado.
África fue abandonada a su suerte. Pero, como se sabe, a la suerte hay que ayudarla. Y, si es posible, entre quienes la dejaron sola en medio de la peor pandemia que recuerde la humanidad.