La violencia de una histórica desigualdad: un ciudadano negro tiene más chances de morir por Covid-19 que un blanco
Para Atilio Borón, Estados Unidos atraviesa una situación excepcional en donde se enfrenta, no sólo al desastre que provocó la pandemia que ya se cobró más de cien mil vidas, sino también a la fuerte recesión económica y al hartazgo de toda una sociedad que estalló luego del asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd. Según el politólogo, el mundo que había en el país norteamericano “se ha roto definitivamente”.
miércoles, 3-junio-2020

Arde la bandera de Estados Unidos frente a la Casa Blanca en el marco de un estallido social luego del brutal asesinato de George Floyd a manos - o bajo la rodilla - de un policía de la ciudad de Minneapolis el lunes 25 de mayo.
En diálogo con Nada del Otro Mundo, el prestigioso politólogo Atilio Borón reflexionó acerca de la profunda crisis que atraviesa Estados Unidos en el marco de la pandemia. Según analizó, el imperio padece una situación excepcional en la que, inéditamente, confluyeron distintos acontecimientos desestabilizantes: la pandemia, que ya se llevó más de cien mil vidas; una recesión económica fenomenal con alrededor de 40 millones de personas que solicitaron seguro de desempleo en los últimos dos meses; y un estallido social con manifestaciones, protestas y saqueos en más de 40 ciudades, como resultado del hartazgo y el malestar de toda una nación. “Todo esto se complica aún más con un liderazgo incompetente que no está a la altura de las circunstancias y que tiene como única respuesta meter bala”, explicó el sociólogo haciendo referencia al presidente republicano Donald Trump.
Las profundas desigualdades entre los ciudadanos también es otro punto clave para entender la crisis del imperio. Para el Doctor en Ciencias Políticas, el caos social es una clara expresión de la apropiación de los beneficios económicos por parte de un 1% de la sociedad. “Durante las manifestaciones, las pancartas más corrientes eran las que decían ‘somos el 99%’. O sea que la gente que fue dejada de lado es la enorme mayoría del país”, detalló. A esto se le agrega toda una tradición y una cultura de opresión derivada de la esclavitud y los datos violentos de lo que significa el impacto del Covid-19 entre blancos y negros, donde el ciudadano afroamericano “tiene casi tres veces más chances de morir”. “Además, a diferencia de lo sucedido en 1968, las protestas se extendieron también hacia ciudades medianas, en donde el propio toque de queda es rebasado por el activismo de la gente que está muy furiosa”, sostuvo.
Por otra parte, el docente universitario señaló que a la “sensación de desborde” en EEUU se suma una serie crisis política – de liderazgo y de alternativa- ante un presidente que está “desatado porque ve que la presidencia se le escapa de las manos” y que, gracias a una “una serie acumulativa de fracasos en el frente internacional”, quedó ubicado como un “verdadero déspota, caprichoso y autoritario”. De acuerdo a la opinión del investigador, es un escenario que puede llegar lejos en donde ve muy complicado que se vuelva a la normalidad. “El mundo de antes que había en EEUU creo que se ha roto definitivamente”, vaticinó. “No es sólo un disturbio producido por la comunidad negra, en el que el disparador fue el asesinato de George Floyd en Minneapolis y la forma salvaje y cruel en que fue asesinado. Es el malestar de toda una Nación”, concluyó.