Las razones del fenómeno Bolsonaro

Los analistas políticos destacan la utilización de Whatsapp para la difusión de fake news como un factor clave. Para Pablo Gentili, secretario ejecutivo de Clacso, “se responsabilizó a la democracia de todos los males del país” y eso permitió el crecimiento de Bolsonaro. Walter Goobar destacó que las FFAA moldearon a Bolsonaro como candidato desde 2014.

 lunes, 8-octubre-2018

Bolsonaro está haciendo lo que dijo que haría: achicar el Estado.


La primera vuelta electoral en Brasil dejó a un candidato de la derecha más extremista al borde de convertirse en presidente del país más grande del continente. ¿Qué pasó para que un payaso marginal de la política como Bolsonaro se transforme en el candidato más votado? Las redes sociales y la utilización a ultranza de las fake news jugaron un papel fundamental. “No utilizaron Whatsapp para hacer campaña sino para propagar odio y mentiras”, detalló Pablo Gentili, secretario ejecutivo de Clacso y profedor de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro. Recordó que se les atribuían a Haddad y su candidata a vicepresidenta frases donde hablaban mal de Dios o decían que los niños de 5 años iban a ser entregados como propiedad del Estado.

Además, señaló que “el candidato que menos votos sacó entre los partidos fuertes fue el que más tiempo tuvo en la televisión”. Se trata de Geraldo Alckmin, del PSDB (el partido de Fernando Henrique Cardoso), que obtuvo un 4,8 %.



Para el periodista Walter Goobar, este resultado prueba que “hubo una campaña muy efectiva a nivel continental para inocular odio a través de las redes sociales”. Manifestó que “el propio Facebook reconoció que se hicieron ensayos que demostraron que se podían transmitir sentimientos a través de las redes y así lograr que una persona odie a un candidato o pase de odiarlo a amarlo”. Ese mecanismo quedó clarísimo en Brasil.



Gentili describió que en los últimos tiempos, en Brasil “la democracia apareció siendo la gran responsable de todos los males que vive el país” y que eso permitió el crecimiento de una figura como Bolsonaro, que era “un outsider poco serio, un tipo considerado un idiota, una figura folclórica que decía barbaridades pero no pasaba nada porque no iba a llegar al poder”. En esa dirección, recomendó prestar atención a estos fenómenos y “no tomarse en broma a estas figuras que resurgen de las cenizas de las dictaduras como salvadores de la patria”.

Pero ¿cómo llegó este personaje a empoderarse en el ámbito político brasileño? Goobar relató que “el Ejército reclutó a Bolsonaro, que había sido dado de bajar por indisciplina, y lo fueron moldeando”. En principio, lo hicieron abandonar su nacionalismo de origen: “Las FFAA lo convencieron de adherir al neoliberalismo. Va a nombrar a muchos ministros que pertenecen a las FFAA. Le lavaron la cabeza a Bolsonaro, le pusieron el traje de neoliberal. Tiene en su equipo a varios ‘Chicago boys’”. Otro dato fue el apoyo de las iglesias pentecostales, cuyos pastores llamaron masivamente a votar por Bolsonaro.

Ahora, Brasil –y Latinoamérica toda- enfrentará una de las instancias más decisivas de su historia política reciente esperando casi un milagro electoral para que el delirio fascista no se haga con el poder.