Lo esencial es invisible al bolsillo
Horacio Rodríguez Larreta ordenó a su policía reprimir ayer la manifestación de trabajadores de la sanidad en la CABA y varias enfermeras terminaron golpeadas, sangrando y lastimadas frente a la legislatura de la ciudad. Andrea Sammartino contó lo vivido y convocó al paro nacional de enfermeros el próximo 1° de octubre.
martes, 22-septiembre-2020

Andrea Sammartino, una de las enfermeras que fue reprimida y golpeada por la policía del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en la manifestación de ayer en la CABA.
Agotados, explotados, precarizados y ahora también reprimidos a golpes por la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los enfermeros que ayer marcharon hacia la legislatura porteña se encontraron en destino con una formación de efectivos que habían recibido la orden de cancelar a golpes el reclamo de los y las trabajadoras de la salud que fueron a pedir la modificación de una legislación que los perjudica.
“Ayer lo único que luchábamos era para que nos incluyan en la ley 6035, que nos dejó afuera en 2018. Estamos muy indignados por las condiciones en las que trabajamos, total precarización laboral. Más allá de la violencia que pasamos con la policía, hay una violencia en el día a día, donde el enfermero es la mano de obra barata. El que estudia enfermería es pobre y el sueldo no nos alcanza. Si la ley se modifica vamos a tener otra calidad de vida que es lo que nos merecemos”, contó Andrea Sammartino, enfermera del Hospital Pirovano, en diálogo con Nada del Otro Mundo.
“El abuso que pasamos día a día es insalubre. Es necesaria la reforma de la ley 24004 en capital, pero en todo el país hay enfermeros que no llegan a fin de mes. No alcanza con un bono de cinco mil pesos. Hay que modificar la base”, explicó y agregó que la indignación en el sector ayer terminó por desbordarlos. “Cuando llegamos a entregar el petitorio fuimos recibidos con mucha violencia. Los policías nos lastimaron, nos pegaron en la cabeza, me lastimaron las manos. No había necesidad de que nos traten de esa manera. Muchas compañeras fueron golpeadas, la mayoría mujeres, la agresión fue mucha y nos tocaron a varios”.
“Esta violencia que recibimos cristaliza las condiciones en las que trabajamos, el palazo del policía simboliza el abandono total del Estado con nosotros, el dolor que sentí al recibir ese rechazo, no nos trataron con educación, con respeto, como cualquier ser humano merece. Trabajamos con amor, con alegría, no es solo cambiar pañales, también hacemos todo tipo de trabajos, aplicamos inyecciones, sueros, trabajamos con amor. En este momento hay mucha indignación por los compañeros perdidos y que nadie se hizo cargo de indemnizar a las familias de los compañeros que perdimos en esta batalla. No somos soldados para morir en la guerra, somos profesionales y trabajadores”, concluyó.