Los días no volverán

En el marco del lawfare, el juez Sergio Moro persiguió y encarceló a Lula da Silva justo cuando su intención de voto era 20 puntos mayor que la de Jair Bolsonaro. Además del daño provocado al pueblo brasilero, el líder social pasó 580 días de su vida preso, no pudo concurrir al funeral de su hermano, le bloquearon sus bienes y le impidieron participar de las elecciones. Ayer, en medio del desastre que atraviesa Brasil, la Corte Suprema anuló las sentencias que pesaban sobre el ex presidente por “incompetencia jurídica”.

 martes, 9-marzo-2021

Lula Da Silva pasó 580 días preso en el marco del lawfare que recorre América Latina persiguiendo y encarcelando a líderes populares.


Durante los últimos años, los líderes populares han significado una “piedra en el zapato” para el poder económico y la derecha reaccionaria. Entonces, lawfare. Las acusaciones por corrupción, la persecución judicial y el encarcelamiento de Luiz Inacio Lula da Silva en el 2018 a cargo del nefasto juez Sergio Moro – actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro – llegaron justo cuando el ex presidente ostentaba una intención de votos 20 puntos por encima del ex capitán del Ejército.

intención de voto Lula alreves.net.ar

Lula da Silva era el candidato favorito del pueblo antes de ser encarcelado

“3 años después una Corte Suprema anula las decisiones que impidieron la candidatura favorita a la presidencia. ¿En qué se diferencia de un golpe? ”, se preguntó el corresponsal de Telesur, Nacho Lemus. En medio de un país devastado económicamente y arrasado por la pandemia producto del desastroso gobierno de Jair Bolsonaro, ayer el juez Edson Fachin anuló las sentencias contra el ex mandatario por “incompetencia jurídica” en los procesos judiciales que se le siguen por presunta corrupción en la causa conocida como Lava Jato.

“En sus inicios, Fachin fue abogado del Movimiento de los Sem Terra (MST). Después en la Corte Suprema, pasó a ser el principal relator de la causa Lava Jato”, recordó Emir Sader, sociólogo brasilero. “Ahora intenta salvar a Moro de la condena, concediéndole esto a Lula y transfiriendo las investigaciones a otro tribunal”, explicó en diálogo con Futurock. Según reveló, el líder del PT espera, con incertidumbre y expectativa, lo qué sucederá de ahora en adelante. “Vivió situaciones muy inesperadas y no sabe qué va a pasar. Pero Lula no tendrá reparación de nada”, afirmó el politólogo.

Lula libre y en el mar alreves.net.ar

Lula disfruta del mar luego de pasar más de un año y medio preso

Nadie le devolverá los 580 días que pasó preso en Curitiba, ni el dolor por no haber podido disfrutar de los últimos días de vida de su nieto que falleció como consecuencia de una meningitis en marzo del 2019. Además del bloqueo a sus bienes y la prohibición para participar de los comicios, tampoco pudo concurrir al velorio de su hermano gracias a una Justicia – oportunamente lenta – que sólo le permitió una “reunión familiar” cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva ya había sido sepultado. “Ustedes fueron el alimento de la democracia que yo necesitaba para resistir”, agradeció Lula al pueblo brasilero cuando salió de la cárcel en noviembre del 2019.



Los Moros argentos

El complot judicial y mediático contra Lula da Silva estalló cuando, en julio de 2019, The Intercept publicó las transcripciones y audios de los chats de Telegram que mantuvieron Sergio Moro con los fiscales integrantes del “Grupo de Tareas de Curitiba”, en donde hablaron del “multiorgasmo” que significó ver al ex mandatario preso, se burlaron de la muerte de su esposa y del duelo por el fallecimiento de su nieto. “Moro no encarceló a un hombre. Quisieron encarcelar una idea, pero las ideas no se encarcelan”, aseguró Lula a la salida de prisión.

Lo cierto es que el líder del PT no es la única víctima del lawfare en la región: el ataque y persecución judicial estuvo perfectamente coordinado en toda Latinoamérica. Prueba de ello es la reunión que mantuvieron el titular la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti y el ex ministro de Justicia, Germán Garavano, con el juez Sergio Moro en abril de 2017 para “intercambiar experiencias” sobre las causas de “corrupción” en el continente. “Nosotros, desde el Ministerio, estamos a disposición para colaborar en las reformas o ajustes necesarios para estas cuestiones”, cerró el funcionario de Mauricio Macri.