Los fuegos internos del sindicalismo
Luego de que Hugo Moyano utilizara munición gruesa contra el gobierno -"le queda poco tiempo", lanzó-, los trapitos sucios de la CGT salieron fuera de casa: Carlos Acuña dijo que Daer defiende "los intereses de la patronal", que es "carnero" y que "si no se va solo de la CGT, lo van a echar los trabajadores". "El compañero Acuña perdió el equilibrio", respondió Daer.
lunes, 5-febrero-2018

El triunvirato de la CGT anunció hace un mes el paro. Parecía licuado, pero ayer lo confirmaron.
La interna sindical arde en la Argentina, forzada por un gobierno nacional decidido a jugar la pulseada de las paritarias con su músculo judicial. Carlos Acuña, uno de los triunviros cegetistas y líder del gremio de empleados de estaciones de servicio, fue muy duro con su par en la conducción de la central obrera, Héctor Daer, a quien trató de “carnero” por no acompañar la marcha del 22 de febrero convocada por Hugo Moyano.
“Defiende los intereses de la patronal. Si Daer no se va solo de la CGT, lo van a echar los trabajadores“, completó Acuña, para que no queden dudas de que al interior del sindicalismo hay sectores opuestos separados por una distancia que hoy es un abismo. “Me extraña esta bravuconada de Acuña. El compañero perdió el equilibrio“, señaló Daer.
Algo en la cúpula de la CGT suena a roto, aunque Daer pidió evitar la fractura del triunvirato. Mientras tanto, Moyano profundiza su confrontación con el gobierno y borra los grises para el arco sindical. “Al gobierno le queda poco tiempo”, dijo el dirigente camionero, y agregó que “no tienen respuestas”. En este marco, de cara al 22-F quedó planteada una dicotomía sin terceras posiciones: los que van a acompañar la movilización y los que se pongan en la vereda amarilla del macrismo.
Pablo Moyano, por su parte, aseguró en una entrevista al diario Tiempo Argentino que la movilización “será multitudinaria” y que “va a haber un antes y un después” del 22 de febrero. Sin embargo, algunos gremios multitudinarios ya manifestaron que no adherirán y en las últimas horas se despegó también la Unión Ferroviaria. La pulseada está planteada: el gobierno tiene la fuerza de una Justicia a su servicio y el sindicalismo tiene una fuerza que emerge de la calle, de las bases. El 22 de febrero empezará a conocerse qué brazo se torcerá.