Los ganadores del modelo

El gobierno nacional reducirá 6 puntos porcentuales a la exportación de soja en 2018, lo que implica que el Estado dejará de recaudar 1039 millones de dólares. Apenas asumió, Macri había bajado del 35 al 30% la alícuota, además de una devaluación del 40% que multiplicó las ganancias de un sector altamente rentable.

 miércoles, 4-octubre-2017

La cerealera agroexportadora Bunge duplicó su facturación en tres años.


A partir de enero próximo el gobierno tiene decidido reducir 0,5 puntos porcentuales por mes para descontar 6 a finales de 2018 al complejo exportador de soja, con lo cual, a fines del período, uno de los sectores más rentables de la economía tributará un 24 por ciento en concepto de retenciones, y 21 para los subproductos del principal grano argentino.

Un informe elaborado por los técnicos de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR) que publica el portal Análisis Digital, estimó que la transferencia de ingresos a los sojeros será cercana al 1% de los ingresos fiscales totales, que en úmeros concretos son 1039 millones de dólares .Así, la recaudación en concepto de retenciones pasará del 4,5% del total al 3,6 en doce meses. Además, el Ministerio de Agroindustria registra la retención de 20 millones de toneladas de soja, que los productores no venden para lograr un beneficio impositivo y un tipo de cambio más elevado.

Apenas asumió, Macri eliminó los derechos de exportación para las ventas de trigo, maíz, girasol, carne, productos de las economías regionales y redujo de 35 a 30% el gravamen para el complejo oleaginoso. Esta transferencia de ingresos hacia el sector agroexportador se potenció con el salto cambiario validado en diciembre de 2015, que fue de un 40%.

Y aunque el informe de la BCR minimiza el costo fiscal de la medida al señalar que la reducción impositiva incrementará el ingreso disponible de los productores que “procedan a gastar más en bienes de consumo o nuevas inversiones, que se compensarán con otros tributos”, el comportamiento del sector después de la última devaluación y baja de retenciones mostró otra realidad: incremento en los ingresos reales para consumo de bienes importados en detrimento de la producción nacional .