Los Gordos achanchan el paro
La CGT avisó mediante un comunicado que se tomará hasta el martes para anunciar la medida que se esperaba para hoy: el paro general. La cúpula de la central obrera le hizo una serie de cinco pedidos al gobierno y de su respuesta dependerá la decisión. El gobierno logró su objetivo: aplacar a los sindicalistas acuerdistas y posponer la medida.
jueves, 7-junio-2018

Rechazo de palabra. El triunvirato fue duro en sus expresiones y tomó posición, pero no se jugó con medidas concretas.
La reunión de Comisión Directiva de la CGT de hoy a la siesta iba a poner fecha para el paro general. Sin embargo, el gobierno hizo su jugada habitual: convocar a ‘diálogos’ de último momento y presionar a fondo para conseguir sus objetivos. Esta vez, a diferencia de lo que sucedió en el Senado, surtió efecto: la CGT anunció que abre “un compás de espera hasta el próximo martes” para ver si anuncian la medida.
El gobierno ganó seis días. En términos políticos y con esta conducción cegetista, es una eternidad. Los teléfonos estarán abiertos y los cafés para las reuniones, listos para ser servidos.
En el comunicado difundido hoy, la central obrera expuso los cinco puntos que le solicitó al gobierno y sobre los que espera respuestas a principios de la semana que viene: una norma que evite despidos y suspensiones en el sector público y privado por seis meses; reapertura de paritarias cerradas a la fecha sin ningún tipo de limitación; eliminación en la base de cálculo del Impuesto a las Ganancias del aguinaldo de julio; devolución en su totalidad de los fondos correspondientes a gastos de salud de las obras sociales sindicales (este punto es central, es la gran caja de los dirigentes sindicales); y compromiso para que no existan modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo (o sea, bloquear la reforma laboral).
El texto que difundió la CGT revela que el ministro Nicolás Dujovne “informó brevemente sobre el inminente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional” y que les aseguró a los dirigentes que “no afectará los intereses de los trabajadores ni los derechos de la seguridad social”.
El gobierno logró tomar aire y evitar el paro. Una victoria en su peor momento, contra un grupo de dirigentes sindicales que cuanto peor es la situación económica le plantea una oposición cada vez más frágil.