Los muchachos filoperonistas
En un fallido intento de “autocrítica”, Mauricio Macri culpó al "filoperonismo" de Cambiemos que estuvo a cargo de la negociación política durante su gestión. Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y Nicolás Massot respondieron a las acusaciones en un escenario en donde el gran desafío de Juntos por el Cambio reside en la atomización de su propio electorado más que en la disputa con el Frente de Todos
lunes, 19-octubre-2020

Rogelio Frigerio y Emilio Monzó fueron acusados por Mauricio Macri como los "responsables" del fracaso electoral del año pasado. Nicolás Massot los defendió.
Luego de sus reiteradas violaciones a la cuarentena y de respirar aires de libertad “a la europea”, Mauricio Macri reapareció en la escena mediática con una serie de reflexiones insólitas. Además de no hacerse cargo del fracaso electoral del año pasado y de culpar al kirchnerismo por todo, responsabilizó a los muchachos “filoperonistas” de su gobierno – al ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y al ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio – que estuvieron a cargo de la negociación política durante su gestión.
El “fallido” intento de autocrítica repercutió en el ala moderada de Juntos por el Cambio que salió a responder las acusaciones. De manera contundente, el ex diputado Nicolás Massot denunció que el verdadero problema fue Mauricio Macri que “subestimó la política”, operó de manera autorreferencial, sin autocrítica y con un fuerte prejuicio contra el peronismo. En el mismo sentido, se refirió el ex secretario del Interior, Sebastián García de Luca, que señaló a Marcos Peña como el promotor de las medidas más antipáticas de Cambiemos como los tarifazos y el cambio de la fórmula jubilatoria. “Emilio y Rogelio se pusieron al frente de las negociaciones siempre con mucho compromiso y responsabilidad”, afirmó.
En las últimas semanas y con un estilo más indirecto, Rogelio Frigerio aseguró que todavía “falta un profunda autocrítica” y habló de la necesidad de ampliar el espacio político. “Para lograrlo hay que ser muy empáticos, muy tolerantes; la política no es cómoda, si aprendimos la lección vamos a poder avanzar”, expresó. Por su parte, el ex presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó, ya había manifestado sus diferencias un mes atrás cuando confesó que “no estaban preparados para gobernar”, al mismo tiempo que recomendó “salir de la permanente reivindicación del pasado” y armar una alternativa moderada de gobierno para el futuro.
La grieta de Juntos por el Cambio tiene lugar en un contexto en donde la mayoría de las consultoras coinciden en que el presidente Alberto Fernández continúa con buena imagen a pesar de los avatares económicos y sociales de la pandemia, y en el cual el Frente de Todos conserva una ventaja electoral con Buenos Aires como distrito clave. Si bien falta mucho tiempo, el gran desafío de Juntos por el Cambio frente a las próximas elecciones parece estar más vinculado “a la atomización de su propio electorado que en la disputa con el FDT”.