Los olvidados de la inundación

Cinco familias de Villa Allende, que perdieron todo con las inundaciones de 2015, esperan hace tres años que la Municipalidad y la Provincia cumplan con lo pactado para reconstruir sus viviendas. Les dieron unos terrenos sin servicios y todavía no tienen noticias de cuándo recibirán el kit de construcción.

 sábado, 9-junio-2018

Así quedó Villa Allende en 2015. Para estas cinco familias, la ayuda nunca llegó. (Foto: Jairo Stepanoff / Extraída del blog No Queremos Inundarnos)


Por Gregorio Tatián

Las inundaciones de febrero de 2015 dejaron postales dolorosas para la memoria colectiva de los cordobeses. Una buena parte de las familias afectadas rehízo sus viviendas y se estableció en otras zonas de las localidades de Sierras Chicas. Pero hay cinco familias de Villa Allende que todavía esperan respuestas y que se cumpla lo firmado por la Municipalidad que conduce el “Gato” Eduardo Romero.

Luego de las trágicas inundaciones, la gestión anterior se comprometió a cederles unos terrenos en el barrio Cumbres, donde iban a poder rehacer sus viviendas gracias a un kit de construcción –con todos los materiales necesarios- y un aporte económico para la mano de obra. Esa promesa se oficializó a principios del 2016 con una particularidad que la hace fácil de recordar: fue el primer acta acuerdo firmado por Romero como intendente de Villa Allende. Según ese documento, la Municipalidad se quedaba con los terrenos de las viviendas inundadas y les entregaba a las familias los terrenos prometidos.

Sin embargo, lo que vendría después sería un largo trecho de incumplimientos y tres largos años en los que la economía y la vida cotidiana de estas familias fue muy golpeada. “Nos generó un empobrecimiento en todos los sentidos”, cuenta Eugenia Frávega, una de las afectadas.

La comuna efectivamente se quedó con los terrenos que se inundaron -donde proyecta un espacio verde- pero durante tres años no entregó los lotes que les correspondían a las familias. En febrero de este año, casi como una conmemoración por el tercer aniversario de las inundaciones, se hizo entrega de los terrenos con una sorpresa: el municipio no les llevó los servicios, algo que estaba contemplado en el acta acuerdo.

“Me parece que el Gato se olvidó de dónde viene”, expresó Frávega con resignación.

Además, el kit de construcción nunca llegó por lo que no cuentan con los materiales y los 200 mil pesos que cobraron en su momento para la mano de obra apenas les alcanzaron para reequiparse y reinstalarse en las casas que hoy alquilan. Al sobrante se lo comieron entre los propios alquileres –gasto que no estaba contemplado en sus presupuestos familiares- y la devaluación.

Barrio Cumbres, un diamante inmobiliario

Quienes conocen el barrio en el cual están ubicados los lotes donde estas familias deberían reconstruir sus casas, cuentan que son de alto valor inmobiliario y una presa muy preciada para los desarrollistas inmobiliarios. Los afectados se preguntan si por detrás de los incumplimientos no se esconde alguna ambición urbanística. Frávega detalló que ellos no eligieron los terrenos: “Si a mí me hubiesen dado una de las 80 viviendas que le dieron al resto de la gente yo tendría dónde vivir y no estaría pagando 15 lucas de alquiler, estaría muy contenta”.

Increíble: les cobran el agua de los terrenos inundados

Además del incumplimiento de los compromisos firmados, estas familias tienen que enfrentarse a una ironía increíble: les siguieron llegando facturas de los impuestos y servicios de los terrenos inundados…¡Inclusive la de agua! “Yo, por darte un ejemplo, tengo una deuda de Rentas de 10 mil pesos desde 2015 a la fecha”, contó Frávega.