Mackentor, crónica de un saqueo de la dictadura

Una investigación histórica periodística revela la historia de corrupción y violencia detrás de la desaparición de la constructora Mackentor, luego de que en 1977 fuera apropiada por la dictadura militar. Su expropiación resultó en negocios multimillonarios para Supercemento, la firma que integraba, entre otros, Franco Macri.

 miércoles, 7-octubre-2020

Fabián García, autor de "Mackentor, crónica de un saqueo", una investigación sobre los negocios más oscuros de la dictadura militar.


Fabián García investigó y escribió durante siete años la historia detrás de Mackentor, una de las empresas constructoras más poderosas de la década de 1970 pero que desafió a los socios civiles del poder económico que sostuvo a la dictadura militar. En 1977 secuestraron a 30 de sus directivos y empleados y la empresa desapareció para dejarle los negocios a Supercemento, integrada entre otros por la familia Macri.

“El caso lo conocí hace 20 años y en 2011 me puse a trabajar en la idea del libro, que finalmente terminé de escribir hace un par de años y ahora publicamos. El libro cuenta la apropiación de la empresa Mackentor, que era una constructora del tamaño de Roggio, de dimensión nacional, que hacía grandes obras públicas, y los militares la ocuparon en el año 1977, secuestraron, desaparecieron y torturaron a buena parte de sus directivos y empleados, que fueron unos 30”, cuenta el autor de “Mackentor, cronica de un saqueo” en Nada del Otro Mundo. “La empresa fue vaciada y desaparecida en los hechos. Los militares la convirtieron en una empresa regional primero y luego no tuvo capacidad de enfrentar el tamaño de las obras públicas que emergió en 1983 luego de la dictadura”, relata el periodista.

La excusa de la apropiación fue, como en casi todos los operativos para intervenir empresas que molestaban al poder económico civil que respaldaba a la dictadura, que Mackentor financiaba a grupos guerrilleros. “La ocupación militar de la empresa tiene que ver con el interés de Supercemento, cuyos accionistas eran Julián Astolfoni, Franco Macri y Filiberto Bibiloni, para quedarse con la obra del segundo acueducto Villa María-San Francisco. La empresa es ocupada para sacarle el acueducto y que lo hiciera Supercemento. Eso sucede, y luego se hace una licitación y, oh casualidad, la gana Supercemento, que construye la obra y la termina durante el gobierno de Angeloz, en el año 1988”, agrega García.

“na de las cosas que te conmueve, una vez que entrás en la historia, es que hay ladrones de todos los colores. Hay militares, judiciales, empresarios, es una historia de corrupción típica. Uno lo ve no con la ocupación militar sino con el análisis de lo que pasa antes del acto militatr del 25 de abril de 1977 y con la protección judicial posterior que legitima la ocupación militar”, cuenta el periodista. “Supercemento ha tenido una política de colonización a través de la cual funcionarios propios ocupaban puestos claves del Estado, como en este caso en Obras Sanitarias. De esta manera Supercemento tiene el monopolio de la obra hidráulica durante los 50, 60 y 70 y es lo que Mackentor rompe cuando gana la licitación en 1972 para el acueducto y encontrar los nombres es lo más novedoso de esto. Además, cómo la familia judicial cordobesa se encargó de cubrir la acción de Zamboni Ledesma, que ni siquiera el juicio de La Perla avanzó en ese sentido. Las acciones de Zamboni Ledesma siguen bajo un manto de legalidad aparente, en la cual la familia judicial se ha cubierto de su participación durante el terrorismo de Estado”, concluye.

“Mackentor, crónica de un saqueo, los oscuros negocios de Supercemento, Franco Macri y el Estado” está editado de manera online y puede adquirirse a través del sitio www.enredaccion.com.ar/tienda.