La brecha crece más que la grieta
Según números difundidos por el Indec, la desigualdad crece en la Argentina. La brecha entre ricos y pobres se agiganta y el 10 % más rico de la población cada vez se lleva una porción más grande del total de ingresos. Una porción 18,7 veces más grande que la del 10 % más pobre.
miércoles, 17-mayo-2017

Naciones Unidas dijo que hay "inseguridad alimentaria" en el país como consecuencia de las políticas de Macri.
Durante la campaña electoral de 2015, los detractores del macrismo decían que iba a ser una fiesta con pocos invitados. Los nuevos datos publicados por el Indec ratifican ese escenario: la porción de la torta –de ingresos- que queda en manos del 10 % más rico de la población trepó al 31,5 %, mientras el decil más pobre a duras penas mantuvo sólo el 1,7 %.
Estos datos muestran una tendencia consolidada: la participación del decil más rico sobre el total de ingresos pasó de 26,6 a 28 %. Luego, pasó de 28 a 31,5 %. El 10 % más rico del país supera en ingresos al 60 % más pobre, que sólo concentra en total el 29,6 %.
De cualquier modo, Raúl Dellatorre, periodista y economista, explicó en Nada del otro mundo que “es una tendencia, no es una medición exhaustiva de la realidad. Cuando encuestás a gente de mucha plata, no declara todo lo que gana. Si pensás en el 10 % más rico de la población, pensás en un empresario, que tiene inversiones en el país y en el exterior. Y la esconde”. Pero Dellatorre en su idea de relativizar los datos, dijo incluso que “en el decil más pobre sucede lo contrario. Hay gente que, por vergüenza, dice ganar lo que en realidad no gana. Esta brecha seguramente es mucho mayor”, aseguró Dellatorre.
Desde el gobierno y desde los sectores que ostentan el poder económico –suponiendo que hoy por hoy no sean lo mismo- han fomentado el discurso de la anti política repitiendo hasta el paroxismo que el problema de la Argentina es la grieta. Esa palabra con la que nos hacen creer que los males vernáculos tienen que ver con la discusión política y no con la distribución de la riqueza. El problema, realmente, es la brecha. No la grieta. El macrismo lleva dos años de gestión y algo queda claro: a la fiesta no están invitados todos los argentinos.