Pablo Ramos

 

columnista alreves.net.ar

Más escuelas, menos shopping

Había una escuela pública
que remataron y convirtieron en shopping
símbolo de los tiempos neoliberales
y de los negocios espúreos de Angeloz.

Hay una clase de gente que se siente a gusto comprando
bajo la mirada atenta de la seguridad privada.

Hay miles de pibxs en la calle
rebuscando el mango para sobrevivir
venden, limpian, piden, en el centro
y regresan a las barriadas pobres de la ciudad.

Hay gente que prefiere estar aislada de esxs pibxs
cercada en barrios privados
asilada en espacios exclusivos
porque les molesta la pobreza
les incomoda pasar la tarjeta
y sentir que la desigualdad no es natural
para alivianar esa culpa clasista.

Contratan guardias que mantengan lejos esas hordas empobrecidas
hay agentes que cobran un salario mínimo
a cambio de poner sus cuerpos para cuidar el capital ajeno
y zafan por un tiempo de caer en la marginalidad
ellxs también regresan a las barriadas pobres
con el uniforme y el peso que le pagan las clases pudientes.

Hay una política del descarte
hay un diseño de la segregación
hay una mano dura blanqueada
policías, prefectos, guardias
automatizados para golpear y disparar
a todo lo que huela a miseria
a todo lo que invada el estatus quo.

Donde había una escuela para educar
hay un shopping para consumir
donde había maestros
hay guardias
lo que era público
ahora es privado
donde había acceso
ahora hay barreras.

Una larga sangría social
un laberinto sin salida
un círculo vicioso
un sistema perverso
una máquina de guerra
que alimenta el miedo
que se convierte en odio.

Y nos aleja cada vez más
de cualquier posibilidad de justicia
y sin justicia no hay paz.