Mentiras tormentosas

Durante la conferencia de ayer, en la que no hizo anuncios, Macri tiró un dato y una promesa. El dato: dijo que se crearon 700.000 empleos, pero un economista lo desmintió con datos oficiales que muestran que es menos de un tercio. La promesa: la inflación va a bajar 10 puntos, pero ese mismo economista lo ve como “muy difícil”.

 jueves, 19-julio-2018

Otra vez, la tormenta fue la responsable de entorpecer éxito del gobierno, según el presidente.


Fue una de las conferencias más vacías que se recuerden por parte de un presidente de la Nación. Macri subió al estrado y respondió con evasivas durante aproximadamente media hora. En medio de su discurso, el jefe de Estado lanzó un dato al pasar: durante el año pasado, dijo el presidente, se crearon 700.000 puestos de trabajo. Vía Twitter, ul economista le salió al cruce rápidamente y desmintió los dichos de Macri basándose simplemente en los datos oficiales disponibles.

“Macri dijo en la conferencia que en 2017 se generaron 700.000 empleos. Es tremendamente falso y nadie dice nada. No se creó ni un tercio de lo que dijo”, escribió Mariano Kestelboim.

La cifra que ofreció el economista da cuenta de la creación de 195.100 puestos de trabajo durante 2017, tomando el promedio de empleados que había en 2016 y comparándolos con los del 2017. “Es lo que dicen las estadísticas del Ministerio de Trabajo. Si el gobierno nacional tiene informes confidenciales podría llegar a ser”, amplió Kestelboim irónicamente en diálogo con el programa Nada del Otro Mundo.

Es más, la situación sirve para remarcar la gran proporción de empleo en negro o precario entre los puestos laborales nuevos. “Empleados formales, en relación de dependencia, asalariados del sector privado, fueron apenas 56.000. El resto fue empleo público, registros de monotributistas, trabajadores domiciliarios o monotributo social”, subrayó Kestelboim.



Maldita inflación

Lo más cercano a un anuncio fue, en realidad, una nueva promesa por parte del presidente: “La inflación va a bajar 10 puntos el año que viene”. Para Kestelboim, ese escenario “es muy difícil, aunque no imposible”. Explicó que cuando hay una inflación tan alta como la que habrá este año –entre 30 y 32 por ciento-, se genera un brusco movimiento y hay precios que no suben tanto. Luego, esos precios “buscan reacomodarse” y hacen más difícil la desaceleración inflacionaria.

“La única forma que este gobierno ha ensayado para tratar de bajar los precios es anclando los salarios de los trabajadores. Eso sí genera una desaceleración inflacionaria. Es un desastre que sean los trabajadores los que tengan que pagar los costos de la mala praxis de la política económica. Pero al gobierno hasta ahora no se le cayó ninguna otra idea”, disparó el economista.