“No hay que confundir negociación con debilidad”

El escenario económico sigue en zona de turbulencias y, según el economista Andrés Asiain, el riesgo más grave es el de no manejar con acuerdos las medidas que afectan a los grandes grupos económicos, como el de las exportadoras.

 viernes, 30-octubre-2020

Andrés Asiain es docente, investigador y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.


Luego de una semana en la que el mercado de cambios comenzó a tranquilizarse y a mostrar señales de achicamiento en la brecha entre el dólar paralelo y las cotizaciones oficiales, el escenario sigue siendo de alta tensión para el equilibrio de las finanzas públicas, mientras Martín Guzmán mantiene la el foco en contener las corridas.

“Había una serie de actores, fondos internacionales como Templeton, que habían entrado cuando empezó la corrida contra Macri en un acuerdo con Caputo, cuando al dólar lo fijaban en $25 y a cambio estos fondos desembolsaban cerca de 4.000 millones de dólares”, explica Andrés Asiain, economista y director del Centro de Estudios Económicos Scalabrini Ortiz. “En el marco de esta negociación le dieron la vicepresidencia del Banco Central a un hombre del grupo Templeton, y estos grupos se querían ir porque el FMI rompió ese acuerdo y obligaron a Macri a devaluar”, cuenta y agrega que en esa dinámica, los grupos que vinieron a hacer negocio con el recambio de pesos a dólares, comenzaron a perder plata. “Como se querían ir, Lacunza, por miedo a que le estalle el mercado de cambio antes de que se vaya Macri, le hizo un reperfilamiento, es decir que le cambió los bonos que vencían en pesos por otros a más largo plazo y cuando asumió Martín Guzmán empieza la tensión porque estos grupos se querían ir más allá de lo que les ofrecieran. Pero si se iban, presionaban sobre las reservas porque Argentina no tiene un nivel de reservas para poder usar dos o tres mil millones de dólares, y empieza entonces una negociación tensa”, dice.

Par Asiain, la indecisión sobre qué hacer con estos grupos terminó por desestabilizar el barco. “Lo que faltaba era una decisión clara de qué hacer con ese grupo, o lo reperfilabas eternamente o negociás una salida. Quedamos en un camino intermedio, reconstruir el mercado de bonos, que era una buena intención, para que contenga en algo el nivel de emisión y no vaya todo al dólar, pero estaban estos actores que querían irse a toda costa. En estas internas, con la presión de estos grupos detrás, nos dormimos y ahí estos grupos detonaron el mercado de cambios y finalmente se decidió a favor de recomponer el mercado de bonos sin reperfilarlos. Para los grupos fue un buen negocio”.

En otra vereda, el sector agroexportador sigue con la sartén por el mango en la liquidación de sus ventas y mientras la pelota esté de su lado, el gobierno deberá negociar con ellos. “En el acuerdo con las exportadoras hubo un mal manejo político, porque tirar una medida que no esté acordada con el sector, los grupos pedían una rebaja del 5% y le tiraron una de 3% sin llegar al acuerdo, y no les liquidaron. Eso es un mal manejo político, más allá de lo ideológico. Si vas con la mano blanda, estos grupos pesados te toman el pelo. La idea de ser negociador y llegar a consenso, no tiene que ser confundido con debilidad”, concluye.