“No vamos a poder ni subir al auto”
El biotecnólogo y director del observatorio de OETEC, Federico Bernal, analizó con preocupación y enojo la medida del gobierno por la cual se libera el precio de la nafta. Neoliberalismo al palo y la ficción de la mano invisible regulando surtidores.
miércoles, 27-septiembre-2017

El aumento de cada mes. Los combustibles impactan directa e indirectamente en la economía familiar.
La decisión del gobierno de liberar el precio de las naftas deja los surtidores argentinos desprotegidos ante cualquier eventualidad. Federico Bernal, biotecnólogo y director del observatorio de OETEC, lo graficó como una suerte de ‘efecto mariposa’: “Si hay un atentado terrorista en un oleoducto en Medio Oriente, o si un barco pirata aborda un carguero de petroleo, o si Arabia Saudita se trenza en un enfrentamiento con Irán, o si Rusia se para con Arabia Saudita y la OPEP y le hacen frente a Estados Unidos, o si un huracán pasa sobre Texas, los argentinos nos la vamos a ver en figurillas para poder subirnos al auto y trasladarnos a la esquina“.
Para el especialista esta medida “tiene que ver con la anarquía energética imperante desde que Macri asumió”. El Ministerio de Energía, con Aranguren a la cabeza, tiene claro cuál es su lado del mostrador. “Me resisto a hablar de Ministerio de lo que es una cámara de empresas con poder de Ministerio, me resisto a hablar de ministro para calificar al señor Aranguren, que es un representante del grupo Shell, uno de los que más se ha expandido y más se ha beneficiado de todo el sector petrolero”, afirmó en diálogo con Nada del Otro Mundo.
Bernal explicó que la medida deja a la nafta argentina atada al costo del dólar y otros costos y factores no argentinos, siendo que nuestro país tiene la capacidad de producir el 98 por ciento del petróleo que refina. “Es una estafa, una aberración”, añadió. La comparación que propone el bioquímico es con los vecinos: por un lado, Chile tiene liberados los precios pero importa el 100 por ciento y su precio por litro de nafta súper es 2 por ciento superior al nuestro, de manera que es más entendible; Uruguay, por su parte, también tiene liberado y también importa todo y el precio charrúa es el equivalente a 27,5 pesos argentinos el litro. “En noviembre pueden hacer un ascenso escalonado y que haya un incremento del 2 al 6 por ciento. A fin de año tranquilamente podemos estar en 25 ó 26 pesos el litro de súper“.
Aranguren es el blanco de las críticas a la hora de pensar este tema. “De todo lo que prometió no se cumplió nada. Prometió que iba a mejorar la producción de gas y cayó un 1 por ciento este año. Prometió recuperar la producción de petróleo pero se desplomó un 11 por ciento en relación a 2015. Dijo que iban a llover inversiones pero nadie pone un centavo. Que Vaca Muerta iba a ser un boom y está cada ve peor”, soltó Bernal. La cuestión tiene un trasfondo político y está asentado en la cosmovisión de la ceocracia dirigente: “Al neoliberalismo no le importa el consumidor. A Aranguren lo tiene sin cuidado lo que le pasa al usuario, porque la rentabilidad de estas empresas está desacoplada del mercado interno”.