¿Otra vez sopa?

La polémica está servida y se hace difícil entender las estrategias de uno y otro lado. Randazzo insiste en formar su propia lista para competir contra Cristina en las PASO. El cristinismo le ofrece encabezar diputados en una lista de unidad pero con la condición de que si se niega harían lo posible por bloquearle la posibilidad de ir a las PASO. Es decir, sin grises. Randazzo, tal como hiciera en 2015 cuando Cristina le ofreció ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, ya avisó que no aceptará el convite.

“La unidad existe, lo que no existe es la decisión nuestra de aceptar una lista única armada de espaladas a la gente”, sentenció Alberto Fernández, jefe de campaña de Randazzo. Por su parte, Juan Manuel Abal Medina dijo que “querer proscribir a un candidato es lo mismo que querer proscribir a un partido en octubre” y que “las primarias son una Ley aprobada paradójicamente por Cristina”. Desde el randazzismo citan a Jorge Landau, apoderado del PJ y cercano al cristinismo, quien les habría dicho que no hay posibilidades de impedirle a Randazzo participar en las PASO.

Desde la vereda cristinista, los argumentos apuntan más a lo político que a lo técnico. El propio Máximo Kirchner lanzó uno de los dardos más directos: “Nos viven diciendo ‘le vamos a ganar a Cristina’, como si fuera épico. Lo épico es ganarle a Macri y parar el ajuste”. Los intendentes bonaerenses han desfilado por el Instituto Patria en diversas reuniones con Cristina y se muestran decididos a acompañarla. Mario Secco, intendente de Ensenada, graficó la situación con una frase: “Sigue diciendo que se va a tirar de un décimo piso. Es loco, y si es loco que se joda”. Además, dijo que el “97 % del Frente Para la Victoria ya está encolumnado” detrás de Cristina.

Las posiciones son complicadas de entender. Randazzo sabe que en unas PASO con Cristina al frente las posibilidade de ganar son muy escasas. Entonces ¿busca elevar su cotización, fortalecer su propio ismo? ¿O sólo busca atacar a Cristina? Un randazzismo que hoy cuenta apenas con algunos ex hombres fuertes del kirchnerismo, un puñado de intendentes y el Movimiento Evita. Cristina, a su vez, pretende negarle las PASO. Es cierto que una competencia en las primarias significaría un desgaste y los números al día siguiente de las PASO van a quedar divididos en dos listas, pero es una herramienta que ella misma bregó por construir. Además, ¿esto no es también un desgaste? La discusión sube de tono y las frases son cada vez más fuertes. Salvo que haya una estrategia por detrás que no podamos vislumbrar, el olfato político detecta un aroma que ya conoce. El aroma a 2015. ¿Será otra vez sopa?

“Nos viven diciendo ‘le vamos a ganar a Cristina’, como si fuera épico. Lo épico es ganarle a Macri y parar el ajuste”.

Máximo Kirchner