Otro mundo es posible
Desde que en septiembre pasado el juez Carlos Villafuerte Ruzo dictó una medida cautelar que establecía un límite restrictivo y de exclusión para las fumigaciones terrestres y aéreas en Pergamino, se redujo a la mitad la cantidad de agrotóxicos encontrados en el agua por el INTA. A través de un informe, el organismo recomendó una “fuerte reducción” de estos plaguicidas que provocan problemas reproductivos, retraso en el crecimiento intrauterino y enfermedades cancerígenas en la población.
viernes, 28-agosto-2020

La lucha de los vecinos de Pergamino y un fallo judicial consiguieron una reducción de agrotóxicos en el agua luego de que se limitaron las fumigaciones en la zona.
Los vecinos de la localidad de Pergamino sostienen una lucha incansable desde el año 2011 contra las fumigaciones que realizan empresarios vinculados al agronegocio, con el aval del intendente Javier Martínez de Juntos por el Cambio. En septiembre del año pasado, el juez Carlos Villafuerte Ruzo dictó una medida cautelar a partir de la cual establecía un límite restrictivo y exclusivo para las pulverizaciones en la zona, dado las graves consecuencias que estaban teniendo en la salud de los habitantes. Además, obligó al Estado a que reparta bidones de agua en barrios con presencia de agrotóxicos e imputó a dueños de campos y productores por considerarlos responsables de la contaminación ambiental.
A partir de ese momento, el INTA continuó realizando un seguimiento de la existencia de plaguicidas en el agua de los barrios afectados por las fumigaciones. En el último informe correspondiente al mes de agosto, el organismo confirmó que se redujeron a la mitad el número de insecticidas hallados en las muestras. Antes de la orden judicial, había 18 agrotóxicos y ahora registraron la presencia de 9. Entre los productos contaminantes, encontraron atrazina, herbicida 2,4D y clorpirifos, los cuales están asociados a problemas reproductivos en especies animales, retraso crecimiento intrauterino en humanos y enfermedades cancerígenas.
En ese sentido, el equipo que dirige la investigadora Virginia Aparicio recomendó “fuertemente” la reducción de las aplicaciones en los sistemas productivos. “Es posible producir cultivos extensivos aprovechando en mayor medida los procesos naturales y las interacciones beneficiosas, para reducir el uso de insumos y mejorar la eficiencia de los sistemas agrícolas”, sostiene el documento.