Para recuperar la confianza

Sergio Maldonado, quien se puso la causa al hombro por la desaparición de Santiago, rescató el trabajo que viene haciendo el nuevo juez, Gustavo Lleral, y aseguró que “por primera vez se está buscando a mi hermano“. En tanto, Gendarmería allanó los estudios de una radio minutos antes de que empezara una entrevista con CFK.

 jueves, 5-octubre-2017

Sergio Maldonado destacó las diferencias entre Lleral y Guido Otranto.


“Creemos que Lleral está trabajando bien y buscando a Santiago. Ayer fue al lugar donde estuvo por última vez, sin custodia y volvió con dos nuevos testimonios. No tiene miedo, busca crear un vínculo de confianza con los mapuches, que no son enemigos”, dijo Sergio Maldonado al destacar el encuentro del magistrado con los integrantes de la comunidad Pu Lof en Resistencia.

“Es más profesional en la investigación”, resaltó Sergio en relación a Guido Otranto, al momento que aclaró que sus encuentros con Lleral “es parte del ida y vuelta de la información, porque lo importante es poner todo para encontrar a Santiago”.

Otro que tuvo un encuentro con Lleral fue Ariel Garzi, el amigo de Maldonado que lo llamó al día siguiente de su desaparición, a las 15,30, y señaló que alguien atendió el celular en un lugar “cerrado, porque se escuchaba el eco de pasos, claramente diferente al espacio abierto de la comunidad”. En una nota a la agencia oficial Télam, Garzi cuestionó que Otranto no tuviera en cuenta la prueba de la del teléfono “cuando podría establecerse el lugar exacto en el que atendieron el celular”.

Otra provocación, y van…

En otro hecho insólito, similar al que hiciera el martes en la Universidad Nacional de Rosario, efectivos de la Gendarmería fueron hasta los estudios de Radio Pop 101.5, minutos antes de que Cristina Fernández de Kirchner otorgara una entrevista al periodista Beto Casella. Los gendarmes argumentaron un “requerimiento de información sobre los accionistas de la radio”, algo que los periodistas del medio calificaron como sospechosa.

Está claro que el discurso represivo rinde en términos electorales en un sector importante de la población, porque sería absurdo pensar que Gendarmería protagonice este tipo de episodios sin el visto bueno de sus jefes políticos.