Performance electoral: el juego del medio millón
En las 14 provincias donde hubo elecciones a gobernador, Cambiemos perdió 456.438 votos comparado con las elecciones de 2015. El peronismo, por su parte, sumó 466.187 votos más. Sobre el total de votos válidos de estos distritos, el peronismo pasó del 48,5 % al 52,18 % y las listas macristas del 31,45 % a 25,33 %.
martes, 18-junio-2019

Los votos de las elecciones provinciales no se traducen automáticamente a las nacionales, pero marcan una tendencia.
Hasta ahora, los números le dieron la espalda al gobierno nacional en la gran mayoría de las provincias donde hubo elecciones. De las 14 que eligieron gobernador/a, perdió en 13, pero el cálculo se agrava al ver la foto sobre el total de electores. En 2019, sólo un 25,33 % de los votos válidos de las 14 provincias fueron para listas vinculadas al macrismo. En 2015, ese porcentaje ascendía a 31,45 % en esos distritos.
Por su parte, el peronismo hizo el proceso inverso. Ayudado por los acuerdos de unidad en algunas provincias clave, pasó del 48,50 % al 52,18 %. Pasando en limpio: las listas cambiemitas obtuvieron 456.438 votos menos que en 2015 y las listas peronistas sumaron casi en la misma proporción, anotándose 466.187 votos más. El peronismo mejoró su porcentaje en nueve provincias y lo redujo en cinco. Cambiemos lo mismo, pero exactamente al revés.
En el Instituto Patria seguramente esbozan una sonrisa cuando ven los números. Las listas que apoyan explícitamente a la fórmula Fernández-Fernández obtuvieron el 49,16 % de los votos, mientras que en 2015 ese porcentaje –con apoyo a la expresidenta y al candidato Daniel Scioli- apenas era de 42,12 %. Para este crecimiento, fueron claves las listas de unidad en Entre Ríos y La Pampa, los votos cosechados por los hermanos Rodríguez Saá en San Luis y los votos de las dos listas principales de Tierra del Fuego, ambas adherentes a la fórmula FF.
Vale aclararlo: estos votos no se traducen automáticamente en la elección nacional. Sin embargo, marcan como tendencia el desencanto en un sector de la población con el gobierno nacional.
En algunas provincias en particular, la caída fue muy marcada. En Tucumán, por ejemplo, la UCR perdió 194.184 votos en sólo 4 años (casi la mitad de su caudal) y el peronismo (ambas listas sumadas) sacó 92.586 votos más. En Jujuy, la única provincia donde ganó Cambiemos este año, el radical Morales perdió muchos votos: pasó de 226.646 a 175.294 (de 58,37 % a 42,27 %). El peronismo sacó 139.119 en 2015 y ahora las dos listas peronistas sumaron 174.839, casi lo mismo que Morales.
Los dos ejemplos de unidad peronista rindieron sus frutos. En Entre Ríos, Gustavo Bordet logró captar casi todo el voto que tuvo en 2015 el massista Fuertes y pasó de 325.878 a 439.452 votos (de 42,01 % a 57,83 %). El productor agrícola Alfredo De Ángeli había sacado 303.769 votos en 2015 y ahora el radical Benedetti sacó 270.302 (4 puntos porcentuales menos). Además, el peronismo recuperó la intendencia de Paraná. En La Pampa, Sergio Ziliotto encabezó la lista de unidad, que sacó 10 mil votos más que Verna en 2015. Además, el kirchnerismo se quedó con la intendencia de la capital, Santa Rosa.
De todos modos, la gran paliza fue este fin de semana en Santa Fe. Allí, Perotti sumó 180.365 votos más que en 2015 (pasó del 30,35 % al 40,52 %) para ganar la elección. Cambiemos, que estuvo cerca de ganar con Del Sel hace cuatro años, perdió 236.867 votos (pasó del 31,65 % al 18,96 %) con el intendente de Santa Fe, el radical José Corral. Como broche, el macrismo perdió la intendencia capitalina a manos de los socialistas santafesinos.
Estos números son apenas un mero esbozo de lo que se vio en las urnas. El macrismo tiene en su faceta electoral sus mejores virtudes y no habrá elección anticipada de esa monstruosa piñata de votos que es la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, las elecciones provinciales le hicieron pagar a las listas macristas la pésima gestión nacional.