Pongan los fideos que están todos
La olla se destapó y las sospechas de privilegios salpicaron a todo el arco político del país. El gobierno de CABA fue denunciado por restringir el acceso a las vacunas al privatizar la campaña, delegando el “negocio” a socios y amigos del poder. En Córdoba, legisladores opositores presentaron una lista con presuntos “inmunizados vip”, mientras que Gerardo Morales reconoció la irregularidad en Jujuy, pero no se hizo cargo de la responsabilidad que le concierne como gobernador.
miércoles, 24-febrero-2021

El gobierno de CABA fue denunciado por privatizar la campaña de vacunación y en Jujuy, Gerardo Morales reconoció que hubo "inmunizados vip".
Con más de 50 mil muertos por covid, Argentina – al igual que el resto del mundo – busca garantizar dosis que permitan inmunizar a toda su población. Sin embargo, frente a la escasez y las dificultades en las negociaciones con algunos laboratorios internacionales, la tarea se vuelve compleja y fue necesario establecer prioridades en el acceso: personal de salud, de seguridad, adultos mayores de 70 años, docentes, etc.
En ese sentido, el vacunatorio con privilegios que funcionó en el Ministerio de Salud de la Nación destapó una olla que salpicó a todo el arco político. Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de CABA, y Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, recibieron dos denuncias: una por privatizar la campaña de vacunación, otorgándoles el negocio a los socios y amigos del poder y restringiendo el acceso a determinados grupos sociales; y otra por la imposibilidad de obtener turnos en la página web de la Ciudad de Buenos Aires. Además, habrían funcionado otros centros destinados a la campaña de inmunización de manera irregular, algunos en comités de la UCR.
En medio de semejante batahola de privilegios, Córdoba no se quedó afuera. Dos legisladores opositores – Marcelo Cossar y Cecilia Irazuzta – presentaron una lista con más de 20 nombres “vip” entre los cuales figuran muchos intendentes del interior, algunos de los cuales argumentaron que recibieron la vacuna debido a su función estratégica y esencial. Desde el peronismo, criticaron que la nómina era “sesgada” y que habían evitado incluir a los jefes municipales del radicalismo.
La perlita nacional estuvo a cargo de Gerardo Morales que admitió las irregularidades en Jujuy, pero le pateó la responsabilidad al sector privado de la salud. Muy campante y con rostro de mármol, el gobernador radical declaró que hubo clínicas privadas en donde sólo faltó que vacunaran “al perro y al gato” y anunció un decreto para que se publiquen, de manera periódica, la lista de inoculados en su provincia. La repentina rigurosidad del jujeño va unida a la capacidad recaudatoria de un Estado – propone multas de hasta 1 millón de pesos – que, aparentemente, no fue ni es el encargado de regular y controlar la vacunación en la provincia.