Proscripción judicial y promesa de lucha
La Justicia brasileña amplió por unanimidad la condena a Lula a doce años y un mes. El fallo se basa casi con exclusividad en la confesión bajo delación premiada de uno de los propietarios de la empresa OAS. Lula negó el delito y desafió: "Que se preparen, vamos a volver".
jueves, 25-enero-2018

En segunda instancia, el Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre amplió la condena previa del juez Sergio Moro al ex presidente Lula de forma unánime -3 votos a 0- y ahora la sentencia es de doce años y un mes de prisión (la de primera instancia era de 9 años y medio). La Justicia, en la voz de Joao Pedro Gerban, dijo que no necesita pruebas contundentes y que es suficiente con la confesión bajo delación premiada de Leo Pinheiro, uno de los propietarios de la constructora OAS. Gracias a su confesión, Pinheiro recuperará la libertad.
El delito del que se acusa al ex primer mandatario es de haber recibido un departamento de lujo en la playa de Guaruja como un soborno de parte de OAS. Lula negó haber vivido allí, dijo que nunca durmió en ese departamento y que sólo lo visitó porque pensaba comprarlo, cosa de la que luego desistió.
Según las normas brasileñas, con una condena de segunda instancia Lula no podría participar de las elecciones, en la que es amplio favorito, pero la decisión corresponderá ahora a la Justicia Electoral. De todos modos, el PT apelará el fallo y ya ratificó al ex presidente asegurando que lo inscribirá como su candidato.
En la Plaza de la República de San Pablo, una multitud se reunió para manifestarle su apoyo. El líder del PT se mostró optimista y desafiante: “Que se preparen, porque no sólo vamos a gobernar de nuevo este país sino que vamos a cuidar del pueblo. Vamos a volver”. Además, remarcó que los jueces “hablaron diez horas seguidas y no pudieron demostrar el delito”. Un Lula enfervorizado aseveró: “Ya fui presidente, pero tras esta provocación quiero volver a serlo”.