Renunció Gils Carbó
A través de una carta dirigida al Presidente Macri, la Procuradora General de la Nación presentó su dimisión como jefa de los fiscales, que se efectivizará a partir del 31 de diciembre. Presionada por el Ejecutivo y un sector del poder judicial desde que asumió Cambiemos, entre sus argumentos señaló que tomó la decisión para evitar reformas que “rompen el equilibrio que debe regir el sistema de administración de justicia”.
lunes, 30-octubre-2017

Gils Carbó era uno de los blancos preferidos de los ataques del gobierno.
Finalmente el gobierno logró lo que buscaba desde hace casi dos años, cuando asumió el poder en diciembre del 2015: que Alejandra Gils Carbó deje su puesto de Procuradora General de la Nación, el organismo responsable de investigar el desempeño de los funcionarios del poder ejecutivo. A través de una carta enviada al ministro de Justicia, Germán Garavano, pero destinada al presidente Macri, anunció que el 31 de diciembre será su último día como jefa de los fiscales.
“Estoy persuadida de que mi permanencia en el cargo redunda en decisiones que afectarán de manera sustancial la autonomía del Ministerio Público Fiscal”, sostiene Gils Carbó en su carta, en relación a los proyectos de reforma que el gobierno nacional tiene en carpeta. Procesada por “administración fraudulenta” contra el Estado por la compra del edificio donde funciona la Procuraduría, la renunciante advierte que “con la esperanza de que esta decisión disuada reformas que, amén del debilitamiento señalado, rompan el equilibrio que debe regir el sistema de administración de justicia, doy por finalizada mi labor en el Ministerio Público Fiscal“.
En otros párrafos de la carta, Gils Carbó hace mención a su recorrido por distintos niveles de la justicia: “las mismas razones que inspiraron mi accionar durante veinte años en la institución y más de treinta en el servicio de administración de justicia, motivan hoy mi alejamiento de una gestión, en la cual he profundizado la transformación del Ministerio Público Fiscal para colocarlo a la altura del tiempo y de las demandas sociales en materia de política criminal, con perspectiva de derechos humanos y acceso universal a la justicia”.
Quienes ganaron hace dos años con la promesa de “mejorar la calidad institucional”, y ratificaron su triunfo en las legislativas hace diez días, lograron sacar del camino a uno de los pocos escollos institucionales que les quedaba por remover. El tiempo dirá si la decisión de Gils Carbó fue funcional o no a ese objetivo, aunque el aval conseguido por el gobierno en las urnas dejaba a la renunciante sin muchas armas para defenderse de un poder político, judicial, económico y mediático sin precedentes desde el regreso democrático en 1983.