Retrocedió, pero no tanto

Golpeado por el impacto de las imágenes de los 2.500 niños separados de sus padres en la frontera, Trump firmó un decreto que da marcha atrás a esa política nazi. Pero ratificó la "tolerancia cero" para con los migrantes y reclamó cambio de legislación para poder detener a menores.

 jueves, 21-junio-2018

Trump acusó recibo del impacto global de su política de apresar niños.


A lo nazi. Las imágenes de 2.500 niños encerrados en jaulas metálicas, separados de sus padres y llorando para reencontrarse con ellos, no tienen vuelta atrás en la mirada de la opinión pública norteamericana. Incluso al electorado más reaccionario le mostró un espejo desagradable.

Tal vez por eso el presidente de los EE.UU., Donald Trump, tuvo que firmar un decreto para volver atrás esa decisión que lo dejó en calzoncillos ante las naciones del mundo, que aunque aplaudan en público o en secreto su política de tolerancia cero con los inmigrantes, consideran que no es necesario exponerse tanto. Retrocedió, pero pidió herramientas para poder seguir apresando niños.

Trump, que nunca se disculpa y no hace marcha atrás, hizo lo segundo. En definitiva es un hombre del siglo XX y no supo ver a tiempo el impacto global, mediático y en redes sociales que iban a tener las imágenes de los chicos separados de sus padres y encerrados en jaulas. Una remake posmoderna y liberal de “La decisión de Sophie”.

El magnate amigo de Mauricio Macri ayer firmó un decreto que finaliza con la práctica de separar a las familias de inmigrantes que cruzan sin documentación hacia Estados Unidos. Se los detendrá, pero se mantendrá las familias unidas en los llamados “centros de reclusión”.

“No me gustaba ver a las familias separadas ni los sentimientos que eso provoca”, se sinceró mientras firmaba el decreto en la Casa Blanca. Al mismo tiempo, ratificó la política de “tolerancia cero” con los migrantes y aseguró que EE.UU. tendrá “fronteras seguras”.

Sin embargo, en EE.UU. rige el llamado “Acuerdo Flores”, de 1997, por el cual las autoridades estadounidenses no pueden detener a niños por migración por más de veinte días, incluso si están acompañados por sus padres. Trump pidió la revisión de esta disposición.