Rosenkrantz al gobierno, las corporaciones al poder
El nuevo presidente tiene como sello distintivo ser abogado de grandes grupos empresarios. Se lo señala por Clarín, pero la lista también incluye a La Nación, Mc Donalds, Farmacity y La Rural. De extracción radical. Le dará a la Corte Suprema un tono más críptico y con relaciones políticas menos expuestas.
miércoles, 12-septiembre-2018

Lorenzetti le toma juramento a Rosenkrantz, un par de años atrás. Luego, este le daría un 'golpe de palacio'. Las posturas de cada uno en la foto los definen.
El poder en la Argentina está de fiesta. El poder político y el poder económico-empresarial, hoy de la mano, celebran la llegada de Rosenkrantz a la presidencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es el paso que faltaba para dominar por completo una de las patas del Estado que han utilizado como un brazo ejecutor de persecuciones a opositores y para salvarse de condenas propias.
En un vistazo rápido, a Carlos Rosenkrantz se lo señala como “el juez del 2×1” y “el abogado de Clarín”. No es que esos ‘títulos de nobleza’ sean falsos, pero no expresan en toda su dimensión quién es el nuevo presidente del máximo tribunal argentino.
Rosenkrantz es un abogado con larga trayectoria académica. Tras graduarse en la UBA, estudió en Yale, fue docente en New York y en España y luego fue rector de la Universidad de San Andrés. Sus contactos con la política se iniciaron en la Unión Cívica Radical durante el alfonsinismo. En 1984, fue asesor del Consejo para la Consolidación de la Democracia. Diez años después fue asesor de la Convención Constituyente de 1994. Unos años antes, había representado a la Comunidad Homosexual Argentina cuando le denegaron la personería jurídica, en 1991. Hasta ahí, el CV básico.
Sin embargo, su verdadero rostro es el del abogado de los grandes grupos empresarios de nuestro país. Un sello que lleva incluso como juez y que se refleja en sus fallos. Entre su lista de clientes resalta el Grupo Clarín, pero también figuran el diario La Nación, Mc Donalds, Farmacity, el Grupo De Narváez, Claro AMX, CARBAP (Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa) y La Rural, entre muchos otros. Los dueños del país fueron asesorados por Rosenkrantz. Ahora tendrán a su asesor legal sentado en el sillón más importante de la Justicia nacional.
Una investigación del programa ADN reveló cómo se comportaba como abogado. Siempre de bajo perfil y gesto adusto, Rosenkrantz dio las instrucciones para llevar a cabo la quiebra fraudulenta de la empresa Operadora de la Costa, quien tenía franquicias de Mc Donalds (Arcos Dorados S.A.) en la costa Atlántica. El ahora presidente de la Corte derivó los bienes de la empresa a una tercera firma, para que luego terminaran en Arcos Dorados. Con esa maniobra, el monopolio de las hamburguesas se aseguraba de cobrar su deuda perjudicando al resto de los acreedores. El principal perjuicio se lo llevó la AFIP, que quedó con una deuda millonaria sin cobrar.
Su aspecto imperturbable, hermético y de bajo perfil parecen ser una muestra del tono que va a imprimirle a ‘su’ Corte Suprema. A diferencia de Lorenzetti, más amigo de la prensa y menos preocupado en ocultar sus vínculos políticos, Rosenkrantz impondrá discreción. Mientras tanto, el poder real de nuestro país tendrá a un alfil en la presidencia del Poder Judicial así como lo tiene en la cabeza del Poder Ejecutivo.