“Salvo Carlos Menem, ningún gobierno democrático logró una reforma judicial”

El fiscal federal Federico Delgado consideró fundamental discutir con franqueza las raíces de nuestro sistema judicial. Recordó que el dispositivo nació al calor del miedo a la ola democrática que recorría Europa en 1848 y que, desde sus cimientos, protege una forma de circulación del poder que satisface intereses de una minoría y lo aleja de las mayorías.

 miércoles, 3-marzo-2021

Federico Delgado, fiscal federal y teórico en la cuestión judicial, dijo que es necesario discutir las raíces del sistema para lograr un cambio profundo.


A dos días del discurso presidencial, las posibles reformas del Poder Judicial continúan haciendo eco por todos lados. Consultado por Nada del Otro Mundo, el fiscal federal Federico Delgado valoró que, por segundo año consecutivo, Alberto Fernández coloque en la agenda legislativa la cuestión judicial, pero consideró que la propuesta deja fuera el debate del sistema judicial “desde los cimientos”. “No se discuten los pequeños ladrillos que constituyen el edificio judicial”, criticó.

“Nuestro sistema judicial es hijo del temor a la ola democrática que recorría Europa a partir de las revoluciones de 1848”, recordó el abogado. El dato histórico permite entender un dispositivo institucional que protege una forma de circulación del poder, favoreciendo a una minoría y alejándolo de las mayorías. “Se reduce la discusión a las causas de Cristina Fernández y Mauricio Macri, pero el problema es mucho más grande”, aclaró. “Sincerar la discusión es preguntarle a un hombre que lo echaron del trabajo, tiene que cobrar la indemnización y tarda 7 años en lograrlo”, ejemplificó.

La ausencia de reglamentos; la enorme discrecionalidad de jueces y fiscales; la inexistencia de mecanismos de rendición de cuentas; y la falta de transparencia en la designación de los cargos altos y más bajos, son otros ítems que sumó al debate el licenciado en Ciencias Políticas. “Hay un montón de dispositivos que, en su caótico conjunto, constituyen incentivos institucionales muy fuertes para que los funcionarios puedan quebrar la promesa de lealtad a la Constitución y utilizar el cargo público con fines particulares”, explicó.

Frente a un diseño tan arcaico y arraigado, el autor de numerosas investigaciones vinculadas al tema apuntó a la resistencia que opone el Poder Judicial al momento de ser reformado. “Todos los gobiernos han intentado hacer una reforma judicial y, salvo Carlos Menem, nadie lo pudo lograr”, reveló. “Es todo un síntoma de la fortaleza del sistema: no tiene legitimidad en la sociedad, pero sí la tiene en algún pequeño sector”, sostuvo.

“La gente percibe que la Justicia es algo abstracto y lejano porque se han encargado de extraerla del sentido común y termina siendo una discusión entre élites. Pero la Justicia está presente en todas las acciones de los ciudadanos”, sostuvo. “Sin una apropiación social de la cuestión judicial, va a ser muy difícil encarar un cambio profundo”, finalizó.