Señores pasajeros, ajústense los cinturones
El gobierno negocia con el FMI un acuerdo stand-by de alto acceso, que permite mayores desembolsos y más flexibilidad en las supervisiones, aunque las exigencias fiscales, cambiarias, monetarias y previsionales son más severas. Macri espera disponer del dinero en julio para afrontar los compromisos de deuda en el segundo semestre.
viernes, 11-mayo-2018

Dujovne y Lagarde hablaron 40 minutos para avanzar en el préstamo del FMI a la Argentina.
“Hemos pedido que se considere para Argentina un acuerdo stand-by de alto acceso. Este instrumento tiene la flexibilidad necesaria para cumplir el objetivo que estamos buscando”, resaltó Nicolás Dujovne a la salida de su reunión de 40 minutos con Christine Lagarde, quien apoyó lo realizado por Macri salvo por un tema de gran actualidad: “Soy la única mujer aquí”, interrogó la francesa a la delegación argentina, no muy atenta a las demandas de equidad de género.
El esquema de “alto acceso” fue creado para habilitar créditos por un monto global equivalente a 6 veces la cuota de los miembros (serían entre 20 y 22 mil millones de dólares) y ofrece mayores desembolsos iniciales y menor frecuencia en las supervisiones.
Sin embargo, las condicionalidades fiscales, monetarias, cambiarias, previsionales y laborales son las habituales, incluso más severas, porque no será Lagarde la encargada de monitorear el crédito, sino un staff técnico del FMI.
Como en el frenético 2001, los viajes entre Buenos Aires y Washington volverán a ser parte de la agenda cotidiana de los funcionarios argentinos y los delegados del Fondo. Para lograr que el crédito esté aprobado en julio, como pretende el gobierno, Dujovne deberá sudar para negociar las metas fiscales, el principal reclamo del FMI incluso desde antes de este principio de acuerdo.
Segundo semestre
Aunque no se precisaron los montos, el gobierno espera –y necesita- disponer de 5 mil y 9 mil millones de dólares, que servirían para cubrir los compromisos financieros del segundo semestre y alivien a despejar las dudas para arrancar un 2019 clave en lo electoral.
Si todos estos pasos se cumplen, la primera revisión para un segundo desembolso sería a fines septiembre. A esa altura, el gobierno deberá mostrar resultados en las severas exigencias que pide el Fondo, que traducido al lenguaje de la calle significa poder sortear políticamente el ajuste.
Pero lo más arduo llegará cuando el macrismo tenga que presentar el proyecto de ley de presupuesto para el 2019, con las pautas fiscales y financieras que se hayan comprometido ante el FMI, que incluye los permisos de endeudamiento para el próximo ejercicio, donde deberán sumarse los tramos del 2019 del stand by.
Si Argentina no cumple esos objetivos, comenzará la película de siempre: más ajuste a través de leyes y medidas para reducir el gasto público, con el sistema previsional entre los dientes y una reforma laboral que hoy resultaría improbable que pueda ser aprobada en el Congreso. Pero la política es el arte de lo posible, dicen.