Sin acuerdo, no hay reglas
Durante la presidencia de Barack Obama, Irán firmó un acuerdo histórico con algunas potencias mundiales en donde se comprometía a realizar un uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear. Anoche el Consejo de Seguridad Nacional de ese país comunicó que, a partir del asesinato del general Soleimani por parte de Estados Unidos, volverá a producir uranio sin restricciones en cuanto a la cantidad y al porcentaje establecido en el año 2015. En mayo del 2018, Donald Trump ya había decidido retirarse del acuerdo atómico al considerar que Irán “mintió” acerca de su programa atómico y dispuso volver a levantar sanciones económicas contra dicho país.
lunes, 6-enero-2020

Irán redobla la apuesta a Estados Unidos luego del asesinato del general Soleimani: anoche anunció que se retira del acuerdo atómico firmado en el 2015
“Responderemos a sus amenazas con nuestras amenazas”, disparó el portavoz de la cancillería iraní, Abbas Mousavi, anoche por la televisión estatal iraní en referencia al asesinato del general mayor de la Fuerza Al Quds, Qassem Soleimani, ordenado por Estados Unidos el 2 de enero pasado. Con un inicio de 2020 repleto de tensión e incertidumbre respecto de la escalada de violencia a las que podrían conducir las terribles acciones de política exterior de Donald Trump, la respuesta de Irán fue el fin de los compromisos asumidos en el acuerdo atómico firmado en el año 2015 en el que se establecían límites al desarrollo de su programa nuclear. Es decir, que a partir de ahora, no habrá restricciones a la producción de uranio, ni limitaciones al enriquecimiento del mismo, aunque continuará cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica.
La fuerte disposición del gobierno de Hassan Rouhani regirá en la medida de que Estados Unidos no retire las sanciones económicas y comerciales sobre Irán que han tenido un profundo efecto en su población. Esta completa retirada del acuerdo remite a la anterior decisión del extravagante presidente norteamericano quien, en mayo del 2018, optó por retirar a Estados Unidos del pacto y reimpuso castigos al considerar que Irán “mintió” cuando dijo que su programa atómico tenía fines pacíficos. “Era un acuerdo horrible. No trajo calma, no trajo paz, y nunca lo hará”, aseguró Trump – quien decidió empezar el año con un ataque de misiles – en aquel momento. A partir de allí, Irán redujo lentamente los compromisos asumidos: suspendió la venta de uranio enriquecido y el excedente de agua pesada; elevó el porcentaje del enriquecimiento de uranio por encima del nivel establecido; duplicó la cantidad de centrifugadoras IR- 4 en funcionamiento; y comenzó a inyectar gas en las mismas, algo que no estaba permitido en el acuerdo del 2015.
Mientras tanto, el resto de los países firmantes del pacto, dieron a conocer sus posturas respecto de la tensión entre Irán y Estados Unidos. Rusia condenó el ataque norteamericano que asesinó a Soleimani y anticipó que esto conducirá a un aumento de la tensión en toda la región. “Las guerras son fáciles de empezar, pero difíciles de acabar”, manifestó el jefe del comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso, Konstantín Kosachov. En contraposición, China – comprador de petróleo iraní – instó a las partes a que “mantengan la calma y ejerzan la moderación” para evitar una mayor escalada de violencia. Por su parte, los países europeos mostraron su preocupación por las posibles consecuencias en el continente y proyectan – Alemania y Gran Bretaña – trabajar en conjunto para reducir las tensiones en Medio Oriente.
Trump desproporcionado
A diferencia del resto de los líderes de las potencias mundiales, Estados Unidos continúa echando fósforos a la nafta. Tal como acostumbra, cómodo y confortable desde su cuenta de Twitter, el presidente Donald Trump advirtió a Irán que “si ataca a cualquier persona u objetivo” de su país, “los Estados Unidos responderán rápida y completamente, y tal vez de manera desproporcionada”, disparó.
En un año en donde el mandatario norteamericano busca su reelección, informó que Estados Unidos “gastó dos billones de dólares en equipo militar” y, apelando al nacionalismo yanqui, expresó grandilocuentemente: “Somos los más grandes y los mejores del mundo”. Luego, como si fuera un silogismo, cerró: “Si Irán ataca a cualquier estadounidense, enviaremos algunos de esos nuevos equipos hermosos sin dudarlo”.