Sin gas, por favor

El gobierno nacional aumentará las facturas de gas para los usuarios residenciales de todo el país un 45% a partir de diciembre y de 58% para la casi totalidad de los comercios, luego de las audiencias públicas que trataron el precio de la producción, el transporte y la distribución. Con el macrismo la Argentina pasó a ser uno de los países con las tarifas más caras del mundo.

 jueves, 16-noviembre-2017

El gas para hogares y para la industria subió un fuerte aumento en julio.


Luego de las audiencias públicas que trataron el aumento del cargo fijo, la distribución y el precio del gas en boca de pozo, en promedio los usuarios residenciales del país pagarán un aumento del 45% a partir del 1 de diciembre, y un 58% los comercios. Estas subas impactarán sobre boletas que en el último año treparon entre un 400 y un 600% para los hogares, y volverá a ajustarse un 30% en abril del 2018 en lo que respecta a la distribución, rubro que entre abril del 2017 y abril del 2018 habrá aumentado un 100%.

Además, se incrementarán las exigencias para acceder al premio por ahorro, se reducirá la bonificación a la que acceden los hogares con tarifa social (que antes era del 100%) y se anunció que el precio que pagan los beneficiarios del Programa Hogar por las garrafas subsidiadas pasará de 20 a 39 pesos, que significa un 95% más.

De lo único de lo que no se lo puede acusar al gobierno es de no haber advertido el brutal tarifazo aplicado en las boletas de gas, que impactarán en el bolsillo de las grandes mayorías. Tanta fe se tenía, que inclusive lo hizo un par de semanas antes de las pasadas elecciones del 22 de octubre.

Arangurazo

En octubre del año pasado el gobierno aumentó el gas en boca de pozo de 1,29 a 3,42 dólares el millón de BTU (parámetro de medición) y el ministro Aranguren piensa ajustarla cada seis meses hasta llegar a 6,78 dólares en octubre de 2019, lo que significará eliminar todos los subsidios que hoy el Estado nacional destina para garantizar un insumo básico para la calefacción residencial y la producción industrial.

Si se toma un promedio entre las distintas regiones del país (que no todas pagan lo mismo) en abril de este año el precio trepó a 3,77 dólares y ahora subirá a 4,19 dólares, aumento que no tiene ninguna relación con los costos de extracción del fluido, como explicó a este portal Andrés Repar, especialista y ex vicepresidente del Enargas, quien destacó que el precio promedio mundial es de 3 a 3,5 dólares por millón de BTU.

Estado corporativo

A transportistas y distribuidoras el Enargas les autorizó el año pasado un ajuste en el Valor Agregado de Distribución (VAD) a ser aplicado en tres cuotas. En abril pasado incrementaron su remuneración un 30% (que llegó con las facturas de octubre y noviembre), el 1 de diciembre ajustarán otro 40 por ciento y en abril de 2018 el 30% restante. Pero además se acordó un ajuste por inflación que toma como referencia la evolución del Índice de Precios Internos al por Mayor (Ipim), que entre abril y octubre trepó un 14 por ciento, lo que lleva al próximo aumento de diciembre al 54%.

En conclusión, los aumentos en la boleta de gas (que incluye producción, transporte, distribución e impuestos) aumentaron en promedio un 500% desde diciembre del 2015 al mismo mes de 2017, fecha en que empezará a regir el aumento que se autorizó en las audiencias públicas de esta semana, y que informó Marcos Porteau, subsecretario de Exploración y Producción del Ministerio de Energía y Minería.

Si este 45% promedio que empezará a regir desde el 1 de diciembre lo sumamos a los aumentos ya aplicados por Aranguren desde que dejó Shell para asumir en Energía, los aumentos acumulados ascienden –según cada consumo y región-, a un 700% en dos años. ¿Algún ciudadano de a pie de este país aumentó sus ingresos en semejante porcentaje en este tiempo? Para eso está –o debería estar- la política, el Estado. Para lo otro están los CEOs que hoy conducen un Estado al servicio de sus corporaciones, y no hay fallo de la Corte que parece pueda frenarlos.