Sin luz al final del túnel
El gobierno de Mariano Rajoy rechazó el planteo del presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, y anunció la intervención de la autonomía de esa región a través de la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución española, que deberá ser ratificado por el Senado en los próximos días. Las autoridades catalanes respondieron que de aplicarse, votarán en el Parlament “la declaración formal de la independencia que no se hizo el pasado 10 de octubre”.
jueves, 19-octubre-2017

Puigdemont y Rajoy sostienen un diálogo de sordos que pone a España y Europa en una crisis inédita.
Hace rato que las fuerzas democráticas retroceden en Europa ante propuestas políticas cada vez más reaccionarias (Alemania, Suecia, Austria, Francia, Hungría, Bulgaria, Polonia, por citar países donde crece la derecha y la ultraderecha) y España no solo no es la excepción, sino que está en la picota desde las últimas elecciones generales, cuando recién pudo formar gobierno en la tercera ronda de negociaciones, proceso que ahora está en vilo desde que Cataluña anunció su intención de ser un Estado independiente.
Luego de una confusa declaración de independencia en “suspenso” que el presidente catalán, Carles Puigdemont, firmó el pasado 10 de octubre, el gobierno central de Mariano Rajoy viene amenazando con la intervención, y lo haría este sábado si el Parlamento ratifica el artícul 155 de la Constitución española, lo que implicaría tomar el control de la Policía autonómica catalana y las conserjerías del gobierno regional, con el objetivo de convocar a elecciones anticipadas.
La respuesta en Cataluña fue la convocatoria a movilizarse en rechazo de la reacción del gobierno central y llamaron a una “desobediencia masiva no violenta” en las calles, y un nuevo pedido de diálogo a la Moncloa, quien había dado un ultimátum para que aclare si durante su presentación en el Parlament catalán había declarado o no la independencia. Esta mañana, minutos antes de que venciera ese plazo, el jefe del Ejecutivo catalán respondió con una carta en la que dejó clara su intención secesionista y volvió a convocar a una mesa de negociación.
La suspensión de la declaración de independencia “continúa vigente”, afirmó Puigdemont: “Si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continuar la represión, el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre”.
El siguiente paso sería este sábado, cuando el Consejo de Ministros trate el asunto en una sesión extraordinaria y eleve el pedido al Senado, lo que podría desatar una crisis institucional y económica sin precedentes desde la recuperación democrática en 1977.