Socios

El presidente Macri estuvo en Córdoba otra vez y se mostró con su amigo Schiaretti, un día después de que los diputados nacionales que le responden al gobernador acompañaran afirmativamente el dictamen para tratar la reforma previsional, y que mañana serán claves a la hora de contar los votos para concretar el ajuste contra los jubilados.

 miércoles, 13-diciembre-2017

El Presidente y el Gobernador ratificando una alianza clave para mañana en la Cámara de Diputados.


Vestidos de sport, en absoluta sintonía, Mauricio Macri y Juan Schiaretti recorrieron obras de cloacas en la localidad de Monte Redondo, a 7 kilómetros de San Francisco, la ciudad de donde surgió Martín Llaryora, jefe del bloque de diputados cordobeses que le responden al gobernador y que mañana acompañarán con su voto el proyecto de reforma previsional que disminuirá a la mitad el ingreso de los jubilados.

En medio de febriles negociaciones, el presidente se mostró otra vez en Córdoba, distrito clave para su triunfo en el 2015 y decisivo también en las pasadas elecciones legislativas. En medio de la pampa que tanto se benefició con la quita de retenciones, Macri revalidó su romance con los cordobeses: “Es la décima vez que vengo a visitar mi provincia, Córdoba es mi provincia” .

“Cómo dijo el Gringo, Córdoba es el gran motor de la Argentina y San Francisco es una parte importantísima de ese gran motor”, resaltó Macri, retomando las palabras textuales del gobernador, que lo había precedido en la palabra. “Recién con el Gringo y el ministro Dietrich visitamos la ampliación de la ruta 19, porque no queremos que más cordobeses se maten en una ruta. Además, la autopista va a generar un impulso al desarrollo de la región”.

Ya lo hemos señalado en este portal durante la pasada campaña electoral: las críticas que Schiaretti le había propinado al gobierno nacional eran fuegos artificiales, cuya pólvora se mojó con la andanada de votos amarillos el pasado 22 de octubre. Pero desde que Macri llegó a la Rosada, nunca dejaron de ser socios políticos. El gobernador necesita la billetera del gobierno central para obras y su visto bueno para endeudar a la Provincia, y el macrismo cada voto que los gobernadores operan en el Congreso. Inclusive para votar leyes que perjudican a las mayorías populares traicionadas por quienes dicen ser sus legítimos representantes.