“Son medidas urgentes y necesarias, pero hay que ir al hueso del problema”

El investigador de Conicet, Martín Maldonado, integrante del proyecto Czekalinsky sobre medición de la pobreza, opinó sobre el paquete de medidas que el gobierno nacional quiere aprobar en la Ley de emergencia. “Tienen un espíritu redistributivo, pero son paliativos, se necesita cambiar la tenencia de la tierra, producir más alimentos y menos commodities y diseñar una redistribución progresiva, para que pague más el que más tiene”.

 jueves, 19-diciembre-2019


Martín Maldonado es un especialista en inclusión social, que este año puso en marcha el proyecto Czekalinksy, que busca medir la pobreza con una canasta alimentaria saludable, mucho más diversa y costosa que la que actualmente utiliza el Indec, además de adoptar un sistema de medida multidimensional, no sólo a través de los ingresos de la población. Todo eso arrojaría números de pobreza e indigencia muy superiores a los que hoy existen, que son altísimos.

Desde ese lugar, en diálogo con Al Revés, opinó sobre el paquete de medidas que el gobierno nacional incluyó en la Ley de Emergencia que está en debate en el Congreso: “La ley tiene medidas buenas y necesarias, en general su espíritu es redistributivo, pero no va al hueso del problema, que es la matriz productiva de la Argentina, que está quebrada y sigue generando una redistribución regresiva, porque el que menos tiene sigue pagando, en proporción de sus ingresos, más”.

El entrevistado reconoce que los paliativos son urgentes, porque la producción está destruida, no hay laburo y hay que resolver el hambre, pero insiste en que en marzo o principios del año que viene el gobierno tiene que presentar un modelo económico distinto: “Recién vamos una semana de gobierno, vuelve un modelo keynesiano con inyección de dinero en la demanda para recuperar el consumo, aplaudimos los paliativos y esperamos una política sostenida en el tiempo distinta”.

Los cambios que propone Maldonado son modificar la tenencia de la tierra y el tipo de producción: “Qué hacemos con la tierra, no podemos seguir produciendo solo soja o commodities, hay que producir más alimentos. El tercer punto a cambiar es la cadena productiva, porque entre lo que produce el tambero, el papero, el productor de frutas o verduras y lo que paga el consumidor, hay 5 o 6 eslabones que encarecen muchísimo el producto. Me refiero a los costos de transporte, logística y la rentabilidad de los supermercadistas”.

Otro punto clave, que es una deuda histórica de los gobiernos populares, es modificar el sistema tributario. “Quién paga los impuestos y a dónde va lo recaudado es otra discusión que no se ha dado. Tampoco esta clase política ha mostrado que está dispuesta a hacer un esfuerzo en sus ingresos”, advierte Maldonado.

Una canasta real

El eje de su trabajo de investigación es aportar una mirada integral sobre la pobreza a través del Proyecto Czekalinksy. “Hay que cambiar la canasta básica alimentaria basada en las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) que son del propio ministerio de Salud de la Nación”, explica Maldonado. “Es una canasta saludable, nutritiva, pero 80% más cara que la canasta básica que hoy se utiliza. Con estas líneas GAPA, los índices de pobreza e indigencia sería muy superiores a los difundidos”.

La segunda propuesta es adoptar como oficial la medida de pobreza multidimensional, que no solo mide los ingresos de la población. “Se tienen en cuenta la vivienda digna, la cobertura de salud, educación de calidad, medio ambiente, equidad de género, niveles de autoestima, esparcimiento, en fin, múltiples elementos que miden la pobreza basada en acceso a derechos y no en carencias materiales”.

Aunque el proyecto es ambicioso, Maldonado señala que “se utiliza en México, Chile y se está por implementar en Brasil, es decir, en países de la misma región nuestra, no estamos hablando de países nórdicos”. Naciones donde las condiciones materiales, sociales y culturales están garantizadas para la inmensa mayoría de la población.