Surtidores secos
Los expendedores denuncian que las petroleras redujeron la provisión al mínimo, poniendo cupos para la entrega de combustibles bajo el argumento de que el precio está atrasado. Las empresas dicen que el abastecimiento es normal y el Ministerio de Energía escucha sólo la campana de las multinacionales.
viernes, 6-julio-2018

Las estaciones de bandera están provistas con la cantidad justa y no pueden venderle un excedente a las estaciones blancas.
El precio de los combustibles en Argentina es un punto que duele de la crisis económica. Ahora, la situación se agrava: los expendedores denuncian que las petroleras están restringiendo la provisión por el atraso que hay en el precio. A pesar de los fuertes aumentos del último año, el precio, dicen los empresarios, están atrasados entre un 25 y un 30 por ciento.
Es por eso que las petroleras prefirieron guardar el stock y restringieron la venta mayorista. Para las aerolíneas de bandera están aplicando un cupo para regular la venta. O sea: las petroleras les venden a sus estaciones de servicio una cantidad de combustible igual al volumen de ventas del mes anterior. Ese cupo es el mínimo que pueden venderles según el contrato de suministro que las grandes firmas suscriben con los estacioneros de bandera.
Hasta ahora, las que habían sufrido los primeros recortes habían sido las estaciones de servicio “blancas”, que son las que no son de bandera o de las grandes empresas multinacionales (YPF, Schell, Axxion, etc.). Sin embargo, podían ir a comprar combustible a las estaciones de bandera. Con el cupo, estas ya no tienen excedente para la venta mayorista, por lo que las estaciones blancas están desabastecidas.
Este desabastecimiento retroalimenta el problema: si las estaciones blancas se desabastecen, dejan de vender; si dejan de vender, se genera una mayor demanda sobre las estaciones de bandera; y ese aumento de la demanda no se puede abastecer dado que por el cupo sólo reciben una cantidad igual a la que vendieron el mes anterior, con menor demanda.
El problema no se vislumbra tanto en las grandes ciudades como en el interior, donde en algunas localidades hay una sola estación de servicio. Si esa estación queda desabastecida, queda desabastecido todo el pueblo.
Las petroleras no se hacen cargo y aseguran que el abastecimiento es absolutamente normal. El Ministerio de Energía, con Javier Iguacel a la cabeza, avala la versión de las grandes multinacionales sin consultar demasiado a las otras patas de la mesa sectorial.