Pablo Ramos

Tinelli for president

Durante aquellos pérfidos noventas
asistimos a la elevación y santificación
de un muchachote de barrio mediocre y simpático
que se reía de las pequeñas tragedias de otros
y se rodeaba del circo y el glamour menemista
La pantalla concentraba la atención de multitudes
hipnotizados por la feria farandulezca
esos famosos que se autolegitimaban en sólo 15 minutos de nadismo televisivo
Marcelo vació cabezas y las llenó de estigmas y prejuicios
a tono con la época individualista y neoliberal
Pero cuando a comienzos de siglo la farsa convertible estalló en bancos y piquetes
Marcelo travistió su propuesta para hablar de política
oportunistas humoristas ironizaron sobre los paladines del salvataje nacional
hasta el pusilánime presidente De la Rúa cayó en las redes del ridículo
de ahí en más Tinelli se convirtió en amo del prime time de la estupidez catódica
El programa mutó en bailes, patinajes, imitaciones
con mucho culo, teta, pectoral, pornosoft y chiste machista
sueños de una noche de verano berreta
participantes golondrinas dispuestos a autoinmolarse ante un tribunal de dudosa idoneidad
El espectáculo se repetía a toda hora en casi todos los canales
generando una especie de laberinto audiovisual
donde todo giraba en torno a la tropa de payasos que seguían al dueño del circo
y nadie quedaba ajeno a lo que sucedía en ese histérico show nocturno
así empezamos a hablar de la Tinellización del país
ese efecto narcótico que prometía una sensación entretenida
pero destilaba una mirada discriminatoria frente a lo que no fuera normal
y los normales son quienes se ríen de los raros
y los fenómenos tinellezcos se hacen televisables
porque necesitan de una mirada que los constituya como excepcionales
Así la comparsa freak era festejada por los tranquilamente adormecidos en el sillón de la pseudonormalidad
Pero Marcelo quería más poder para sí mismo y para su banda de amigos
así empezó a seducir políticos de escaso vuelo que buscaban llegar a los tinellizados
como una especie de casting para la casa rosada
donde el maestro de ceremonias de la idiotización crónica
muestra como la política puede convertirse en un esperpento mediático
¡pero cuánto vale una foto con Marcelo!
Porque política y medios están íntimamente imbrincados
copulan o disputan
y en ese terreno las ideologías están representadas
mostrar mujeres como objetos de deseo
reírse jerárquicamente de los débiles
promover la fama por sí misma
el dinero como único éxito legítimo
son formas de entender y practicar la vida en sociedad
y Tinelli es la rémora más efectiva del pensamiento caníbal