Todo Messi es político
La suspensión del partido entre Argentina e Israel trajo un inesperado problema político de carácter diplomático. Benjamín Netanyahu llamó a Macri y forzó su intervención pero el presidente debió admitir que no tenía la fuerza para revertir la decisión. El embajador palestino celebró.
miércoles, 6-junio-2018

Netanyahu levantó el teléfono y le pidió una respuesta a Macri. Una respuesta que el presidente no le pudo dar.
La decisión de Lionel Messi y el plantel argentino de no ir a Jerusalén a jugar frente a Israel le dio un sacudón a ese bálsamo de poco más de un mes que significaba el Mundial para el gobierno. Si bien está claro que la decisión fue más por propia protección que por una cuestión ideológica, ayer las implicancias políticas quedaron más que claras.
El primer ministro israelí saltó las líneas diplomáticas y fue “a los bifes”: llamó por teléfono a Macri y le pidió que intercediera para torcer la suspensión del amistoso. Macri devolvió el llamado y tuvo que decirle que no había nada que hacer, que su poder no llegaba tan lejos. Desde presidencia dijeron que fue “una buena comunicación”, destacando el llamado de Netanyahu pero sin hablar de que la respuesta negativa no le debe haber sacado sonrisas al israelí.
Llevar a Messi a Jerusalén era un boom para la propaganda internacional del Estado de Israel. Sin embargo, la sorpresa surgió del seno de un grupo de jugadores –millonarios prematuros poco politizados- en boca de Gonzalo Higuaín: “Al final se pudo hacer lo correcto. Primero están la salud y el sentido común, creemos que es correcto no ir”.
El propio presidente de la AFA, Claudio Tapia, fue otro actor inesperado en este paisaje. “Me gustaría que tomen a esta decisión como un aporte a la paz mundial”, soltó “Chiqui”.
Por su parte, el embajador palestino celebró la decisión del plantel argentino. “Celebramos la valentía de los jugadores y el cuerpo técnico de Argentina de no ir a jugar a Jerusalén”, declaró Husni Abdel Wahed. Además, hizo una comparación con un hecho doloroso para la sensibilidad argentina: “Que Argentina jugara en Jerusalén significaba lo mismo que si nosotros jugáramos un partido en las Malvinas”.
En el gobierno mascullan la bronca de que este mes, que iba a der una pausa para tomar aire, parece perfilarse movido y con sopresas.