Tragos amargos

Gobernadores y dirigentes cuyanos estallaron contra el gobierno nacional por el aumento del impuesto al vino. Por su parte, desde la Cámara Argentina de Bebidas sin Alcohol aseguraron que están en riesgo siete mil puestos de trabajo si se concreta el impuestazo a las bebidas azucaradas.

 viernes, 3-noviembre-2017

Desde Cuyo mostraron su furia con el impuestazo. En la industria de bebidas sin alcohol peligran siete mil puestos de trabajo.


“No saben qué pasa más allá de Capital Federal”, bramó el sanjuanino José Luis Gioja al opinar sobre el aumento del impuesto al vino con la reforma tributaria, que ubica la alícuota en un 10 por ciento. “Los funcionarios que deciden aplicar el impuesto al vino cuando el mercado está en baja, es porque no conocen más allá de la General Paz”, insistió el peronista Gioja.

Pero no sólo la oposición salió al cruce. Alfredo Cornejo, gobernador radical de Mendoza electo por Cambiemos, mostró su disgusto por la medida: “Hemos luchado durante muchas décadas para demostrar que el vino no es perjudicial en sí mismo, como sí son las gaseosas y la cerveza. Que se lo ponga al mismo nivel es una cosa inadmisible”. El impuestazo al vino llevaba en el primer borrador un porcentaje del 25 por ciento, luego bajó a 20, luego a 17 –equiparado con la cerveza y bebidas sin alcohol azucaradas- y finalmente se estableció en 10 por ciento.

Sin alcohol, pero con azúcar

Desde la Cámara Argentina de Bebidas sin Alcohol también mostraron su preocupación y dijeron que con el aumento del impuesto a las bebidas azucaradas se ponen en riesgo siete mil puestos de trabajo. “Es una estimación para toda la cadena de valor de la industria”, dijo Esteban Agost Carreño, miembro de esa Cámara, en diálogo con Nada del Otro Mundo. “Nosotros hoy tenemos entre 4 y 8 por ciento de impuestos internos. Eso pasaría al 17. En nuestra industria, cualquier incremento impositivo que se haga impacta. Hoy, una bebida ya tributa el 50 por ciento de su valor. Es la más alta de América y la tercera a nivel mundial”, explicó Agost Carreño.



El representante de la industria dijo querer entender si es “un impuesto interno o una cuestión de salud pública”, ya que apunta a las bebidas con azúcar. “Si es así, va a ser ineficaz e ineficiente. Lo dice la experiencia internacional. Si quieren abordar el tema de salud pública el abordaje debería ser otro, un abordaje integral”, agregó. Por otro lado, contó que este aumento golpearía directamente sobre la demanda de insumos, que afecta a las economías regionales. “La industria de bebidas sin alcohol es un gran comprador de cítricos, de molienda húmeda de maíz, azúcar, manzana, durazno, uva”, completó Agost Carreño. Por último, adelantó que se reunirán con funcionarios para trasladarles su preocupación.