Tras la marcha, saltaron dos fusibles

Macri echó a dos funcionarios vinculados al sindicalismo, a pocas horas de la movilización convocada por la CGT. Uno era el superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino, y el otro era el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor.

 miércoles, 23-agosto-2017

Ezequiel Sabor dejará de ser el segundo de Triaca en el Ministerio de Trabajo.


Fue un gesto claro e inequívoco: ni había terminado el día de la marcha cegetista que Macri ya hizo rodar dos cabezas de funcionarios llegados al gabinete gracias a la buena sintonía entre el macrismo y la central obrera. La movilización parece haber marcado un quiebre en la relación gobierno-CGT, pero eso se sabrá con el paso de los días y sobre todo cuando llegue el 25 de septiembre, fecha del plenario convocado ayer.

Uno de los dos funcionarios separados ayer es Luis Alberto Scervino, que ocupaba el cargo de superintendente de Servicios de Salud. Su designación, en diciembre de 2015, fue tomada como un guiño fuerte de Macri para la CGT. Cercano a José Luis Lingeri (de Obras Sanitarias) y con vínculos con Antonio Caló (metalúrgicos) y Hugo Moyano (camioneros), Scervino manejaba los fondos de las obras sociales. Una caja de más de 6 mil millones de pesos anuales que es el tercer presupuesto más grande entre los organismos descentralizados.

Luis Scervino alreves.net.ar

Luis Alberto Scervino había llegado al gabinete de la mano del dirigente sindical José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias.

El otro funcionario es Ezequiel Sabor, segundo de Jorge Triaca en la cartera de Trabajo. Dirigente histórico del PRO desde su gestión en la ciudad de Buenos Aires y miembro de la Fundación Pensar (el think tank macrista), Sabor era señalado como un hombre que había tendido puentes con el sindicalismo, especialmente con dos nombres fuertes: Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. Por eso, Macri lo había elegido para el cargo del que ahora lo desplaza.

Por ahora, Scervino será reemplazado por Sandro Taricco, el gerente general de la Superintendencia que manejaba. En el caso de Sabor sería alguien del riñón del ministro Triaca: el nombre apuntado es el abogado penalista Horacio Pitrau. Macri respondió rápido a la marcha y el quiebre parece inevitable. Una ruptura lógica entre quienes deben defender a los trabajadores y un gobierno que no ha hecho otra cosa que perjudicarlos.