Bettina Marengo

Triaca, el ministro del Trabajo flexibilizado

El ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, trajo el credo de la flexibilización laboral a Córdoba, donde los empresarios que lo recibieron en la Bolsa de Comercio reafirmaron su adhesión a Cambiemos y minimizaron notoriamente la importancia de la crisis que llevó al Gobierno a pedir ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional.
Cauteloso al extremo, anodino casi, Triaca negó que el Fondo reclame más reformas laborales, además de las que ya se presentaron en el Congreso, para otorgar el blindaje a la Argentina. Según dijo, la entidad que conduce Chistine Lagarde “va a poner su mirada en las cuentas públicas” y no en las leyes laborales.
Fue una respuesta sinuosa a una pregunta directa de este medio. El acuerdo con el Fondo acelerará el ajuste y no solo en las cuentas públicas sino en el llamado “costo argentino”, que es otra forma de decir “costo laboral”: salarios, contribuciones y garantías de los que gozan los trabajadores amparados en la Ley de Contrato de Trabajo y que seguramente quedarán bajo la lupa de organismo internacional.
Todo esto discurrió en el segundo almuerzo de Coyuntura del 2018, que contó con el titular de la cartera laboral como invitado central. En su mensaje de bienvenida, el flamante titular de la entidad, Manuel Tagle, pidió al funcionario que la administración de Mauricio Macri “mejore la comunicación de los progresos” y evite que “las ideas contrarias al gobierno ocupen el escenario”. Según el dueño de la concesionaria Autocity, eso es lo que está sucediendo ahora en el país. Hay que reconocer que su diagnóstico fue bastante menos grave que el que dio en la entrega de los premios a los Jóvenes Sobresalientes de la Bolsa de 2015, cuando como vicepresidente de la Bolsa, aseguró que “hemos llegado al punto que no nos animamos a entrar con nuestros autos medianamente lujosos a las villas miserias”, según consignó la revista Matices en su edición de febrero de 2015.
Todo el escenario estuvo al servicio del avance contra los derechos y las conquistas de los trabajadores asalariados, convertidos en causa de los males de Cambiemos. El jefe del Instituto de Investigaciones Económicas de la entidad, Lucas Navarro, hizo una descripción del mercado laboral con énfasis en los trabajadores jóvenes, que integran en gran parte la masa del 35% del empleo en negro. El economista achacó a los asalariados registrados del sector privado bajo convenio, el ser demasiado caros para el sistema, lo que perjudicaría a los aspirantes a ingresar al mercado laboral.Según esa visión, los derechos no alcanzan para todos y la solución es flexibilizar.
Triacca militó el tratamiento del paquete de leyes laborales que el oficialismo presentó en Senado y Diputados. Entre ellas, la ley que crea un Fondo de Cese, al estilo de que funciona en el volátil rubro de la construcción. Ese fondo será costeado por el empleado y el empleador y reemplazará a la indemnización por despido. Se trata de uno de los puntos más resistidos por las organizaciones sindicales, junto a los cambios en el cálculo de la indemnización (que dejan afuera el aguinaldo, pagos extra y otros ítems).
Para el ministro, según se desprendió del mensaje del titular de Trabajo, flexibilizar las condiciones de contratación y de desvinculación de empleados, por sí solo generará puestos de trabajo, sin que intervenga la situación del mercado interno, la actividad industrial, o si las tasas favorecen la especulación más que la inversión. Una “mano invisible del mercado laboral” que acomoda la balanza cuando no irrumpen las molestas protecciones a los trabajadores.