Un aumento en carne propia
El precio de la carne aumentó un 8 % y se prevén más aumentos para las próximas semanas. Los frigoríficos argumentan aumento de costos y disminución de recuperos por la baja del precio del cuero. La cantidad de animales en los complejos de encierre bajó a menos de la mitad y falta oferta. “El panorama de la carne es complejo”, indica el ingeniero Carlos Ramos, de la UNC.
viernes, 1-febrero-2019

La carne tuvo un 'aumentito' del 8 %, pero podría llegar arriba del 20 %. La carne baja la calidad en los mostradores y la rentabilidad en los encierres.
Los aumentos de la carne en esta época del año son habituales, aunque no en la medida de las subas proyectadas para las próximas semanas. En las carnicerías el salto fue del 8 % y anticipan que podría llegar al 20 % o más. La carne fue uno de los productos que en 2018 aumentó por debajo de la inflación (alrededor de 40 % contra 47,6 %) y los que integran la cadena productiva señalan que el precio está atrasado. Además, el ingeniero Carlos Ramos prevé un panorama difícil porque hay poca oferta: “Hay cada vez menos salida de engordados a corral, o feed lot, por la falta de rentabilidad”.
En este fenómeno, hay una gran influencia de las corridas cambiarias de 2018. Según informes internacionales –que Ramos compartió con Al Revés-, si bien a nivel internacional los precios del maíz y la soja bajaron (los insumos centrales para el engorde), el movimiento del dólar en Argentina invirtió el proceso y encareció los costos, en lugar de bajarlos. “Fue el único lugar donde sucedió eso”, apunta Ramos. Según el ingeniero, la última cifra disponible mostraba que la cantidad de animales en los encierres había caído a menos de la mitad durante 2018.
Por otro lado, hay un aumento en la oferta de vaca, una de las carnes de menor calidad. “Esto es un signo muy negativo para el país, para el consumo interno”, señala Ramos. Esta degradación de la calidad –la vaca aparece en las carnicerías mezcladas entre el novillito- es absorbida principalmente por los sectores de menores recursos, tal como indica Ramos: “Los argentinos estamos comiendo vaca. Sobre todo, la gente de menor poder adquisitivo, ya que eso se vende como novillo”.
Los frigoríficos también tienen problemas para mantener su rentabilidad. Una de las razones es el aumento de los servicios y otros costos, pero también está el problema de que cayeron los recuperos. El recupero es lo que el frigorífico obtiene con lo que sobra de la faena: el cuero y las menudencias. El precio internacional del cuero, que era la variable principal del recupero, cayó de 40 dólares el kilo a 20 ó 25 dólares. Las vísceras, sangre y otros menudos subieron un poco y ahora son las parte central del recupero. Los frigoríficos argumentan que con eso no les alcanza para mantener el precio.
Todos estos datos completan un escenario difícil para un rubro que ya viene golpeado de 2018. El año pasado, el consumo per cápita cayó a 56,1 kilos, menos que en años anteriores. Pero un dato muestra que el cierre de año fue todavía peor: el consumo per cápita de diciembre, que suele ser mayor al promedio del año por las fiestas, fue de sólo 49,8 kilos. Los datos que provee Ramos surgen de un informe del CICCRA (Centro de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina).
Por otra parte, la exportación tampoco arroja buenos números. Si bien los volúmenes exportados aumentaron bastante, gran parte de lo que se vende es puchero –con China como máximo comprador- o carnes de menor valor -a países como Rusia-. “Haciendo la comparación, se exportó la misma cantidad de dólares. El tema es que el valor promedio de la tonelada es mucho menor”, subraya Ramos. El promedio del valor de la tonelada exportada en 2018 se ubicó en 5.300 dólares, un 18 % menos que en 2017. Es más: el promedio de la tonelada exportada a China fue de 4.182 dólares y a Rusia de 3.409 dólares. Entre esos dos países abarcan el 67 % de la exportación cárnica argentina. Alemania, país que compra la carne argentina de alta calidad, pasó de comprar el 18 % del total exportado al 7 %.
La Argentina, país donde la carne Premium era un sello, ahora exporta menudos y puchero. “El anunciado boom ganadero no se ha dado. Los mercados de las carnes costosas se han retraído y encima, cuando bajan a buscar producto, acá no hay oferta buena”, completa Ramos.
Sin embargo, para el ingeniero especialista en el rubro es difícil que se pueda sostener un aumento de más del 20 %, ya que el mercado interno está muy deprimido, y prevé que para abril o mayo se estabilice e incluso pueda haber una tendencia a la baja si la oferta repunta. Por lo que parece, en 2019 la parrilla va a sentir el crepitar de las brasas pocas veces.