Un fiscal listo para vender un buzón
El procurador interno Eduardo Casal designó a Gerardo Pollicita en lugar de Juan Pedro Zoni para hacerse cargo de la fiscalía que investiga el caso Correo Argentino. Su cercanía con el presidente es garantía de que no habrá investigación. El periodista Ari Lijalad, que destapó la olla del Correo, aseguró que sus fuentes judiciales le dicen que “nunca hubo este nivel de injerencia” por parte del Ejecutivo.
miércoles, 11-abril-2018

El fiscal Gerardo Pollicita, un viejo conocido de Macri y con vínculos probados, ahora deberá investigarlo.
Desde hace ya un tiempo, Mauricio Macri juega de local en Comodoro Py y en el Poder Judicial en general. Ahora, logró que el procurador interino nombrase a uno de sus hombres cercanos en la Justicia a cargo de la causa que más lo incomoda: Correo Argentino. “Cuando supimos que sacaban de un plumazo al Juan Pedro Zoni –hasta el viernes pasado el fiscal de la causa- mirábamos el bolillero de Comodoro Py y Pollicita tenía el número 1 porque es el más cercano a Macri”, contó el periodista Ari Lijalad, que fue quien con una investigación desató este escándalo.
La sintonía fina entre Macri y Pollicita está teñida de azul y oro: el fiscal integró la comisión asesora en materia de seguridad en Boca durante años. En esa época también forjó su buena relación con Daniel Angelici. “Pollicita estuvo en esa comisión desde los ’90. La integraban también el fiscal Plee, el fiscal Carlos Stornelli…buena parte del poder de Comodoro Py tiene vínculos con Macri y Angelici desde esa época”, detalló Lijalad. Con estos antecedentes, Pollicita será el encargado de investigar al presidente en la causa más importante en su contra. Para el periodista, esto “garantiza evitar cualquier intento de investigación que pueda preocupar al presidente”.
“En un mundo normal, Pollicita debería excusarse. Pasemos por alto que la designación a dedo es irregular. Pero él no debería participar en la causa. Los que denunciaron a Macri –cuatro denunciantes, cuyas causas fueron unificadas- podrían recusarlo. Ahí sería el juez Lijo el que debería resolver”, dijo Lijalad.
Promiscuidad judicial
Las relaciones entre Macri y los integrantes del Poder Judicial son cada vez más visibles. Ya ni se ocupan en esconder los hilos. Según Lijalad, las fuentes tribunalicias lo confirman: “Por las conversaciones que yo tengo con jueces y fiscales que transitan los tribunales, el nivel de injerencia, de presión, de lobby y de aprietes que tiene este gobierno dentro del Poder Judicial es inédito en la democracia”.
“Macri piensa que el Poder Judicial está al servicio de él y tiene dos funciones: una es protegerlo a él ante la comisión de cualquier delito; la otra función es perseguir opositores”, concluyó Lijalad.