Un golpe salpicado de petróleo

Para Federico Bernal, titular de OETEC, al embestir contra Venezuela, Estados Unidos "patea el tablero energético" mundial. Para el especialista, fue clave la Revolución del Shale en la potencia del norte y el hecho de que Venezuela se quedara sin apoyos regionales por el giro a la derecha en casi todo el continente.

 viernes, 25-enero-2019

El petróleo venezolano, un factor esencial para entender la injerencia estadounidense en el país caribeño.


La situación política en Venezuela sigue siendo de alta tensión. Hoy, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo abiertamente que enviará 20 millones de dólares como “ayuda humanitaria” a pedido de Guaidó y los suyos. Un apoyo directo al golpe de Estado. En la injerencia norteamericana, hay un factor que juega fuerte: el petróleo. Venezuela es la primera reserva mundial de petróleo -tiene el 20 % de las reservas planetarias- y Estados Unidos acaba de convertirse en el primer productor mundial. Habiendo consolidado su posición en este mercado, el gobierno de Trump ahora avanza contra Venezuela.

“La Revolución del Shale le da a Estados Unidos la seguridad de poder patear el tablero energético. Meterse con Venezuela es eso. Pero lo hace por cuestiones políticas”, asegura Federico Bernal, especialista en materia energética y director de OETEC. La Revolución del Shale fue un proceso que cambió el paisaje del mercado energético global. El aprovechamiento de nuevas tecnologías y monstruosas inversiones le permitieron a Estados Unidos convertirse en el primer productor de petróleo del mundo en 2018. En 2017, estaba tercero: Rusia y Arabia Saudita ocupaban los primeros lugares.

Antes, sin tener asegurada su provisión energética, avanzaba con pie de plomo. Ahora, Estados Unidos juntó la fuerza necesaria para intentar voltear al gobierno de Maduro. “Las razones son políticas. Obvio que después está el botín que significa meter un gobierno títere en Venezuela que tiene las mayores reservas del mundo. Estados Unidos busca terminar con la revolución bolivariana”, apunta Bernal.

Si el golpe de Estado surte efecto y los norteamericanos logran poner un gobierno títere en Venezuela, controlarán los destinos de los países con las mayores reservas: Venezuela (1 °), Irak (4 °), Kuwait (7°), Libia (8 °) y Nigeria (9 °). Además, algunos de estos países son de los mayores productores. Y tiene una relación particular con Arabia Saudita, otro de los grandes jugadores. Para Bernal, es una relación “entre amor y odio”, ya que “Arabia Saudita pertenece a la OPEP y se rige por sus intereses pero no puede desalinearse de Estados Unidos”.

Así, Estados Unidos le daría un golpe duro a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), su mayor contrapeso en el mundo del petróleo junto con Rusia.

Para esto, cuentan con una ventaja política: la soledad de Maduro. Apenas Evo Morales queda de aquella corriente de gobiernos populares que se desplegara por casi todo el cono sur. “Venezuela y Bolivia son las dos naciones que quedan como resabio del Consenso de Mar del Plata. La razón de esto es política. Lo energético es más por el lado de Estados Unidos que de Venezuela”, asegura Bernal.

La intención de los estadounidenses al meterse en Venezuela es tumbar el proceso bolivariano que inició Chávez y a la vez torcerle el brazo definitivamente a la OPEP y a Rusia en materia petrolífera.