Un masazo a trabajadores golondrina e indígenas

Un informe del ex director de Anses, Miguel Fernández Pastor, advirtió que en el sur y el norte del país muchos trabajadores de temporada pertenecen a pueblos originarios y son registrados con muy bajos salarios, por la "compensación" de la asignación familiar. Pero desde oficinas calefaccionadas en CABA, el gobierno quitó el plus por zona desfavorable.

 martes, 31-julio-2018

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Entre las víctimas del decreto 702 del Gobierno nacional, que recorta las asignaciones familiares que perciben los trabajadores asalariados del interior, se incluyen los hijos de los “trabajadores golondrina” que a su vez muchas veces pertenecen a pueblos originarios, según un informe elaborado por el abogado previsionalista y ex director de Anses, Miguel Fernández Pastor.

Con datos de Indec, el especialista cuantificó en 449.409 los trabajadores afectados por el ajuste, que se aplica al salario familiar por hijo, al prenatal y a la ayuda escolar anual. Ni el profesor Neurus, el personaje de García Ferré, podría pensar semejante ignominia por tan poco rédito económico. Lo que dispone el decreto es “igualar” en un máximo de $1.500 los salarios familiares en todas las zonas del país. Tres funcionarios porteños, calefaccionados en su oficina, resolvieron que los asalariados de toda o parte de las provincias más alejadas de la Argentina, las poblaciones de frontera incluida, cobrarán como si vivieran en CABA. El ajuste llega al 75% en el caso de los sueldos más altos de las zonas más inhóspitas.

En el caso de los trabajadores temporarios, explicó el abogado que además es amparista contra el ajuste previsional, el perjuicio viene por haber elevado el mínimo de declaración jurada de los salarios de $200 a $2.816. “En mi opinión esto puede ser de un altísimo impacto para los trabajadores de temporada, porque hay una cultura en la zona, en que el empleador contrata a trabajadores por bajo salario o por corto tiempo, debido a que el ingreso se ve reforzado por el cobro de las asignaciones familiares”, señaló.

“Muchos trabajadores temporarios pertenecen a pueblos originarios”, destacó Fernández Pastor, quien calificó al decreto del ajuste como “un nuevo caso de centralismo porteño”.

“Si bien es deseable que el empleador declare y abone un salario adecuado, esto no se logra no pagándole las asignaciones familiares a los trabajadores, sino con una política de concientización de los productores regionales”, sostuvo.

El abogado calculó que el “ahorro” anual de Ansés con este ajuste que ataca a los más débiles es de $5.939.348.850 y que el recorte que sufrirá un pueblo cordillerano de 300 o 400 habitantes significará un “ahorro” del 0,0002% del Presupuesto.

“Me gustaría que pensemos en un pueblo de 300 o 400 habitantes en la Cordillera (ex Zona 4 para las asignaciones del Anses), en el sur o en el norte, de producción básica. Allí habrán unos 100 o 150 chicos y chicas, de ellos unos 80 percibirían la máxima asignación familiar, es decir $3.407. Eso significa que a ese pueblo ingresan $272.560 por mes, por lo que al año ingresan $3.543.280. ¿Se imaginan que pasa con ese pueblo si ese ingreso se esfuma? No hace falta demasiada imaginación para saber que es la sentencia de muerte de ese pueblo. Pero si el presupuesto de seguridad social es de $ 1.453.514.662.730 ¿se puede ser tan inhumano de condenar a cientos de pueblitos que viven en esos lugares inhóspitos, haciendo Patria, para ahorrar el 0,0002% del que viven en esos lugares inhóspitos, haciendo Patria para ahorrar el 0,0002% del Presupuesto?”, se preguntó el letrado.