Un modelo de Temer

Luego de que el gobierno brasileño anunciara la privatización de Electrobras, un consejo de ese país anunció una venta masiva de activos estatales, que incluyen acciones en aeropuertos y derechos de licencia para explotación petrolera, autopista y represas eléctricas, que se suman a la reforma laboral y previsional. Una experiencia nefasta que el macrismo sigue con atención.

 jueves, 24-agosto-2017


El presidente Michel Temer confirma cada día las razones del golpe institucional contra Dilma Rousseff, que se negaba a hacer lo que él está llevando a cabo: el remate del patrimonio público del gigante sudamericano, que busca reducir la participación del Estado en la economía.

Como publica el diario El Cronista, a través del Programa de Alianza para Inversiones (PPI, por sus siglas en portugués) el Gobierno brasileño dijo que los compradores de derechos de licencia deberán invertir una cifra estimada de 44.000 millones de reales (14.000 millones de dólares).

Este programa informó también que el Ministerio de Minas y Energía presentó una solicitud para que se analice el fin del control estatal sobre la compañía Centrais Elétricas Brasileiras SA, que se suma al plan de Eletrobras anunciado el lunes.

Todos estos anuncios se suman a la reforma laboral y previsional que el gobierno de Temer y los partidos más conservadores aprobaron de manera escandalosa en el Parlamento hace poco más de un mes. Una iniciativa que el gobierno de Macri está estudiando, con la idea de replicar algo similar después de octubre, como parte de una nueva avanzada neoliberal que ya vivimos –y sufrimos- en los 90. Y si bien las situaciones polílticas e históricas son diferentes, el plan económico es el mismo y cuenta con los patrocinadores de siempre: las potencias del norte, los organismos multilaterales de crédito, los grandes medios de comunicación y un sector importante del poder judicial. Cualquier parecido con Argentina no es mera coincidencia.