Un poco de clamor francés

La segunda ola de la pandemia arremete contra el continente europeo, acechando a los gobiernos que se vieron obligados a re-implementar medidas restrictivas para frenar la propagación del virus. Francia es uno de los países más complicados. Con más de 50 mil casos diarios y alrededor de 9 mil ingresos hospitalarios por día, el presidente Emmanuel Macron planea el traslado de pacientes a otras regiones del territorio y a Alemania, tal como sucedió durante “la primera ola” cuando también derivaron personas infectadas a Austria, Luxemburgo y Suiza.

Además, el gobierno evalúa sumar un toque de queda nocturno – de 21 a 6 horas – al confinamiento que regirá hasta el 2 de diciembre, debido a las fuertes resistencias que presenta gran parte de la sociedad al aislamiento domiciliario. Cabe recordar que, luego de que fue anunciada la dura decisión, la región de París sufrió embotellamientos en el tránsito vehicular de 730 km aproximadamente, producto de la desesperación de miles de franceses que huían de la ciudad para vivir el encierro en otras localidades o en segundas residencias.

En este difícil contexto, los pequeños comerciantes manifestaron su descontento por el extenso confinamiento, señalaron lo “injusto” de la medida y advirtieron sobre las graves consecuencias para el sector. A su vez, las escuelas continúan abiertas. Sin embargo, hoy estudiantes de los institutos secundarios protestaron por la falta de medidas de seguridad contra la Covid-19, argumentando que no hay distanciamiento social y que continúan estando llenas las aulas. Fueron reprimidos con gas pimienta por la policía francesa.