Un salvavidas llamado “consenso”

Ante la posibilidad cada vez más concreta de no conseguir la reelección y presionado por las exigencias del FMI, el gobierno anunció con bombos y platillos un acuerdo de convivencia y gobernabilidad con un sector de la oposición.

 viernes, 3-mayo-2019


Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Picchetto, precandidatos a presidente de Alternativa Federal y alineados en la más tibia de las oposiciones posibles, se sumaron al equipo del marketing oficialista para la elaboración de un texto de 10 puntos que aspira a remendar la confianza perdida de los mercados e inversores y a cumplir con la exigencia de continuidad del programa impuesto por el FMI.

Sin embargo, al trabajo en grupo no fue invitada Cristina Fernández, la principal figura de la oposición y quien tiene mayor intención de votos incluso sin haber anunciado su candidatura. Tampoco convocaron a Roberto Lavagna, otro de los cuadros que avanza en las encuestas y que definió la estrategia macrista como una operación de “marketing político” destinada al “fracaso”.

Hacer los deberes

El primer borrador del texto, que están elaborando desde hace dos semanas los referentes de Alternativa Federal junto con Marcos Peña y equipo, tiene una decena de títulos grandilocuentes pero con pocas explicaciones sobre cómo implementarlos. “Lograr y mantener el equilibrio fiscal”; “sostener un Banco Central independiente, que combata la inflación hasta llevarla a valores similares a los de países vecinos”, “mayor integración al mundo, promoviendo el crecimiento sostenido de nuestras exportaciones”, anuncia o promete el manifiesto, que no contiene sin embargo ninguna indicación sobre cuáles serán las medidas que tomará Macri para respaldar con hechos cada palabra.

La lista sigue con la promesa del “respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos con el fin de consolidar la seguridad jurídica”, “creación de empleo a través de una legislación laboral moderna”; “reducción de la carga impositiva”, “consolidación de un sistema previsional sostenible y equitativo”, “consolidación de un sistema federal que permita el desarrollo de las provincias”, “asegurar un sistema de estadísticas transparente, confiable y elaborado en forma profesional e independiente”.

Y en el último punto, quizá el que más le importa explicitar al gobierno para tranquilizar al FMI, el “cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores”.

Lo que no fue explicado en el acuerdo es cómo planea el gobierno cumplir con estos objetivos ni cómo se implementará, en lo que le queda de gestión, todo lo que no logró en tres años y medio.

Cosas imposibles

Para Lavagna, el acuerdo “no funcionará” y en su cuenta de Twitter analizó uno por uno cada objetivo, sin encontrarle salida viable a ninguno.

Por su parte, Margarita Stolbizer calificó el texto como “oportunista y electoralista”, una suerte de “manotazo de ahogado”, en medio de la tormenta.