Una mesa de diálogo de porcelana

El ministro de Desarrollo Social, Sergio Tocalli, se reunió con vecinos de barrio Parque Esperanza con la Iglesia como mediadora. Se abrió un canal de diálogo, aunque las partes admiten que es frágil y tenso. La cooperativa hizo una propuesta que el ministro se llevó con la promesa de analizarla. El viernes será la segunda reunión.

 miércoles, 6-junio-2018

Las heridas del violento desalojo todavía no cierran. Se hizo sentir en la reunión de hoy. Igual, el diálogo es un avance.


La desesperante situación de las 120 familias del barrio comunitario Parque Esperanza tuvo hoy un capítulo importante. Los vecinos pudieron entregarle al ministro de Desarrollo Social, Sergio Tocalli, una propuesta para una solución al problema habitacional que arrastran desde hace cuatro años y que con el desalojo del viernes pasado tuvo su pico de violencia además de dejar a las familias refugiadas en una capilla.

En la escuela Atahualpa Yupanqui de Juárez Celman se sentaron en una mesa los representantes de la Cooperativa 12 de Junio –que nuclea a los vecinos- y funcionarios del gobierno provincial, con el ministro Tocalli, a la cabeza. La Iglesia, con varias de sus autoridades más el cura de la capilla de Juárez Celman, cumplió el papel de mediadora. Algunas fuentes indican que la orden de involucrarse fuertemente en este tema llegó directamente desde el Vaticano.

Desde la cooperativa informaron que la propuesta –que el ministro se llevó- establece una solución definitiva mediante una compra colectiva utilizando los recursos que la provincia le había ofrecido a cada núcleo familiar -42 mil pesos por familia- y no respuestas individuales.

Además, participaron de la reunión integrantes de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, miembros del Colegio de Psicólogos y la Facultad de Psicología y representantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC, quienes realizaron un relevamiento de la situación de las familias, cuyos resultados le entregarían a la cooperativa en las próximas horas.

La reunión, si bien fue respetuosa, estuvo cargada de alta tensión. Las heridas de lo sucedido el viernes todavía no cerraron y los vecinos mantienen su desconfianza hacia el gobierno. “Ahí prendías un fósforo y ardía todo”, graficó alguien que estuvo adentro. De todos modos, hubo recelo con la información debido a las operaciones de prensa de algunos medios de comunicación con llegada masiva.

El viernes, en el colegio Ciudad de los Niños, habrá una segunda reunión. La calma es tensa y el diálogo frágil, por lo que la provincia deberá ir con algo más que predisposición a escuchar reclamos. Ahora la pelota está del lado del gobierno.