Una misión nada inteligente
El submarino ARA San Juan tenía la orden de espiar a barcos y aviones británicos, según se desprende de los documentos confidenciales en poder de la justicia federal de Caleta Olivia, que no habían sido reconocidos por la Armada ni el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, y que publica el portal Infobae. 83 días después de la desaparición, Macri recibe a los familiares de los 44 tripulantes desaparecidos junto a la nave.
lunes, 5-febrero-2018

La desaparición del submarino genera cruces entre la Armada y el ministerio de Defensa.
En su reunión de mañana, el Presidente Macri buscará aquietar los ánimos de los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan que desaparecieron junto a la nave el 15 de noviembre pasado, y que según documentos que están en poder de la jueza federal Marta Yañez, y que publica el portal Infobae, tenía la misión de espiar barcos y aviones británicos en el límite de nuestra plataforma continental.
“Según la Orden de Operaciones del Comando de la Fuerza de Submarinos N° 04/17, fechada el 24 de octubre de 2017, el submarino ARA San Juan debía ‘obtener reconocimiento preciso’ y ‘localización, identificación, registro fotográfico/fílmico’ de aeronaves militares y logística (RAF 130) que responden a la gobernación de las Islas Malvinas y a la Real Fuerza Aérea británica”, publica el portal de Daniel Hadad, información que fue sistemáticamente negada a la prensa y a los familiares de los 44 tripulantes desaparecidos.
Incluso Infobae apela a fuentes militares que no descartan que en el marco de esas riesgosas operaciones “el buque de guerra argentino haya sido detectado fuera de la Zona Económica Argentina por naves de patrullaje británica. De ser así, la maniobra podría haber sido interpretada como una invasión a lo que consideran una zona de conservación pesquera de las Malvinas”. Según este mismo portal, “ésta podría ser una de las razones por las cuales el ARA San Juan era vigilado de cerca en una misión anterior por un submarino nuclear. Se desconoce hasta ahora si el capitán Pedro Martín Fernández reportó a sus superiores un contacto similar en la última navegación iniciada en Ushuaia”.
De acuerdo a los documentos que van saliendo a la luz, “al submarino argentino se le ordenaba expresamente que violara el artículo 111° de la Convención de la Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar (Convemar), que delimita el derecho de persecución. No existen documentos oficiales que determinen si el ARA San Juan cumplió con esta directriz en la misión en la que desapareció. Sí, en cambio, en su penúltima navegación”, informa Infobae en base a los documentos: “El 9 y 10 de julio de 2017, cuando el ARA San Juan detectó el “rumor sonar” de un submarino nuclear presumiblemente británico por la zona en que navegaba, que en ese caso la Armada Argentina denominó “Área Micaela”, se violaron convenios y tratados internacionales”.
Esas operaciones fueron ordenadas por el comandante de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Javier Villamide, pasado a “disponibilidad” junto a otros siete oficiales por disposición del ministro de Defensa hasta tanto la jueza federal Yáñez determine qué pasó con el submarino en su última partida.